El desplome de la industria aceitera los sacó del negocio y se concursaron

La capacidad ociosa que experimenta el complejo industrial oleaginoso en el sur santafesino no solo ha dejado complicaciones para algunas plantas -tal el caso de Vicentin que paralizó dos establecimientos-, también derivó en el recorte de la contratación de servicios específicos que son prestados por un sinnúmero de empresas de la región que debieron enfrentar una reconfiguración forzada. Algo así le ocurrió a una joven firma dedicada al montaje y mantenimiento de redes eléctricas que además de reducir su plantel de empleados ahora tuvo que pedir el concurso de acreedores como estrategia para mantenerse a flote.

La empresa en cuestión es SIB Ingeniería SRL con base en la localidad de Barrancas. Fundada por tres socios, la compañía supo tener más de medio centenar de trabajadores, aunque producto de la crisis que le tocó atravesar en el último año el plantel de empleados hoy no supera los 14.

“Nuestro esquema de facturación llegó a depender en un 80% de las terminales portuarias con clientes de peso como ACA, AGD, Renova y Terminal 6, a quienes le prestamos servicio de mantenimiento electromecánico. Ahora bien, ya desde el año pasado, previendo que se les venía un año más de sequía como finalmente sucedió decidieron recortar al máximo nuestras prestaciones y fue así que nos encontramos de un momento para el otro ante la necesidad de prescindir de 20 empleados que en algunos casos teníamos hace más de 6 años trabajando para nosotros”, relató Juan Manuel Regis, uno de los accionistas de SIB Ingeniería, en contacto con Punto biz. Junto a Regis, gerencian la SRL Gustavo Bertarini y Marcos Vione.

El bloque de indemnizaciones fue un elemento que representó el mayor desafío para la compañía que se veía este año con sus cuentas saldadas, algo que no ocurrió finalmente. “Gastamos aproximadamente $20 M para afrontar los gastos que significaba sacrificar el personal. En ese marco se fueron tomando distintos créditos apuntando a una remontada del sector para finales de 2022 que derivara en que las terminales volvieran a contratarnos. Lo que vino luego es la ratificación de una sequía extrema que hizo que nuestros clientes aplazaran para 2024 cualquier plan de inversión que impactara sobre nuestra firma prestadora de servicio”, relató Regis, quien además tuvo incursiones en la política: fue precandidato a senador en agosto por el departamento San Jerónimo bajo el ala de Omar Perotti con una fallida performance.

“En el medio teníamos el lastre que significaba haber adquirido maquinaria y equipos cuyos pagos estaban atados al ingreso de fondos que nos aseguraba la industria aceitera, lo cierto es que esa dinámica quedó seriamente comprometida y es entonces que no nos quedó otra que solicitar el concurso de acreedores”, expuso el empresario. El trámite en cuestión se canalizó a través del Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la 2da. Nominación de Santa Fe, a cargo de Carlos Marcolin, quien fijó hasta este jueves el plazo de verificación de créditos para la firma.

De acuerdo a la Base de Deudores del Banco Central (BCRA), SIB Ingeniería acumula $32.359.000 en rojo bancario, de los cuales $17.2 M se lo deben al Banco Nación. Ese monto está en categoría 4, a criterio del BCRA bajo “alto riesgo de insolvencia”. Por su parte, hay otras deudas con el Nuevo Banco de Santa Fe, el Galicia y el Credicoop en situación 3. La firma, además, firmó 42 cheques que terminaron siendo rechazados sin fondos por un valor de $10.9 M.

“Se trata de un pasivo que creemos podemos afrontar dentro de un plazo lógico”, declaró Regis en la previa a conocerse el informe de la sindicatura respecto de las deudas verificadas. Desde la firma mencionaron además que el año pasado “hubo medidas paliativas para el sector agropecuario y también para los exportadores” pero en el medio “hubo muchas firmas prestadoras de servicio como la nuestra que no tuvimos respaldo alguno”.

En tren de reconfigurar la operatoria a la espera de una mejor demanda de parte de la industria agroexportadora, SIB Ingeniería volvió al primer amor y profundizó negocios en el mundo del automovilismo de competición, empleando su capacidad instalada en Barrancas para producir componentes muy demandados en categorías como el Turismo Nacional (TN).