Detuvieron al financista Luis Herrera y lo imputan este jueves

El fiscal Miguel Moreno concretó este martes con la detención del financista Luis Herrera, complicado por la desaparición de dinero de cuentas comitentes de su agencia de liquidación y compensación (Alyc) Fernández Soljan y apuntado por controlar una mesa de dinero blue que dejó de operar afectando a cientos de inversores y ahorristas. Las acciones incluyeron la aprehensión de sus hijos Diego e Ignacio.

La detención de Herrera se aguardaba desde hace meses y sabiendas que era inminente su arresto, Punto biz había adelantado que el empresario había cambiado de domicilio. De la zona norte de Rosario pasó a Timbúes, en una área residencial con un extenso parque. La estrategia fue la de fichar una propiedad con área verde especulando con la posibilidad de solicitar la detención domiciliaria.

Desde la propia Fiscalía confirmaron a Punto biz el procedimiento que cerca de las 7 de la mañana estaba demorado ante un inconveniente en la numeración de la casa de Timbúes, hecho que obligó a que Moreno despache una nueva orden con el domicilio actualizado. No obstante, la aprehensión se concretó en la residencia de la familia Herrera en la zona norte de Rosario, ubicada en calle José C. Paz al 1900.

"Calculamos que la audiencia imputativa será este jueves", anticipó Moreno ante la consulta de este medio, aunque el trámite en cuestión debe ser fijado por la Oficina de Gestión Judicial (OGJ).

"Los delitos que buscaremos imputarle a Herrera son el de estafa, administración fraudulenta, lavado de activos y asociación ilícita", indicó el fiscal de la Unidad de Delitos Económicos.

Vale recordar que el escándalo alrededor de Herrera saltó a partir de la exposición de cientos de ahorristas que le entregaban dólares en efectivo bajo promesa de hacerlos rendir en operaciones trianguladas con el Mercado de Chicago. El esquema estaba construido por fuera de las operaciones en el mercado de capitales que llevaba adelante la agencia de Herrera, la Alyc Fernández Soljan. 

Las operaciones aseguraron utilidades de dos dígitos para los clientes que hasta principios del año pasado recibían los beneficios. el mecanismo por alguna razón no debidamente explicada terminó implosionando. Lo cierto es que las maniobras nunca estuvieron amparadas por legislación alguna, por lo que es difícil establecer la magnitud del tendal que algunos estiman en u$s30 M.