Bache financiero complicó a desarrolladora rosarina que busca sanear pasivo

A partir de un cuello de botella financiero en una de sus unidades de negocio destinado a la distribución de insumos para obra pública,  la desarrolladora inmobiliaria Terraz atraviesa semanas de tensión que quedaron expuestas en los registros públicos del sistema financiero. La situación se concentra exclusivamente en Emporio Port SAS y no —según explican desde la compañía— en el núcleo del negocio inmobiliario privado, que sigue operando con normalidad.

Los datos del Banco Central son elocuentes. Muestran que Emporio Port acumuló en el último período 91 cheques rechazados por un monto total de $434,4 M, de los cuales solo tres fueron abonados, lo que representa el 3,3% del total en cantidad y apenas el 2,65% en términos de monto. A eso se suma la deuda bancaria registrada en distintas entidades del sistema financiero. Entre los principales registros figuran obligaciones con Banco Macro, Santander y Galicia, donde uno de los saldos consignados alcanza los $744,7M, además de otros importes menores.

En diálogo con Punto biz, Gustavo Avena, uno de los titulares del grupo Terraz, puso el foco en el contexto que explica ese deterioro financiero y buscó diferenciar con claridad la situación de Emporio Port del resto de las unidades del holding. “No es un estrés económico, es un estrés financiero muy puntual. Tenemos 21 unidades de negocio y de todas ellas solo Emporio Port quedó golpeada. El resto no tiene un solo cheque rechazado”, afirmó.

Según explicó, la principal causa del problema fue la demora en los pagos de una obra pública de envergadura que la empresa ejecuta en la provincia de Buenos Aires. Se trata de un proyecto de 66 viviendas en el Municipio de Colón, financiado por el gobierno bonaerense. “La provincia de Buenos Aires nos debe hoy más de $630 M. Arrancamos bien, pero dejaron de pagar. Hablamos con autoridades ministeriales, con los contadores, nos dicen que están complicados, que se van a poner al día, pero mientras tanto nos piden que no dejemos la obra”, relató Avena.

El dilema para la empresa fue doble. Por un lado, la falta de pago afectó de lleno el flujo de fondos de Emporio Port, que es la unidad que provee los materiales para ese tipo de contratos. Por otro, abandonar la obra a poco de su finalización implicaba un riesgo reputacional para Terraz, que en Colón también desarrolla proyectos privados. “Estamos a un mes y medio de terminarla. Dejarla ahora es contraproducente porque no creo que pueda cobrar lo que falta. Entonces seguimos poniendo dinero aunque no nos genere certificaciones”, reconoció.

A ese frente se sumó otro golpe significativo: una deuda de u$s370.000 que mantiene con Emporio Port la firma AR Design, encabezada por Jenaro Otta, quien atraviesa un proceso judicial y financiero que ya fue reflejado por este medio. “Tengo pagarés firmados por Otta. Entre lo de la provincia y eso, tengo casi un millón de dólares inmovilizados”, detalló el empresario. Además, mencionó otras acreencias relevantes, como una desarrolladora rosarina de barrios privados que adeuda alrededor de $500 M, situación que al parecer está en plena negociación entre privados.

En ese contexto, el estrés financiero terminó aflorando en los registros bancarios. Avena explicó que la estrategia del grupo fue “dejar caer” deliberadamente a una sola sociedad para preservar el resto del entramado empresario. “Nuestros fideicomisos son cerrados. No puedo sacar plata de uno para cubrir otro. Preferimos volcar todo el problema en Emporio Port y sostener sanas las otras veinte unidades”, señaló.

Según precisó, el proceso de normalización ya está en marcha. “Hoy tenemos cerca del 73% de los cheques ya devueltos, recuperados. Estamos presentando notas en los bancos para que eso se refleje y salir del registro del Central. Además, asumimos compromisos de pago para cancelar el total en un plazo de 20 a 25 días”, afirmó. En esa línea, descartó de plano una convocatoria de acreedores o un concurso preventivo: “No está en evaluación. Esto es coyuntural”.

Desde Terraz también se encargaron de remarcar que el episodio no alteró el cronograma de obras privadas. La empresa mantiene en marcha 17 edificios, avanza con el complejo industrial de Ovidio Lagos y sostiene su calendario de entregas en Rosario, Mendoza y Montevideo. “No paramos una sola obra. Terraz está sana y sigue entregando. El problema está concentrado en Emporio Port y tiene que ver con la obra pública y con deudas que hoy no dependen de nosotros”, resumió Avena.

Así, mientras los números del Banco Central reflejan el impacto financiero de los atrasos, desde la compañía apuestan a una rápida recomposición del flujo de fondos una vez que se regularicen los pagos pendientes. La clave, aseguran, pasa por atravesar un bache de liquidez sin que el daño se propague al resto del grupo, en un contexto donde la obra pública volvió a convertirse en un factor de alto riesgo para los proveedores privados.