Llueven denuncias contra empresario del mueble y aumenta la presión judicial

El entramado judicial que rodea al empresario Jenaro Otta, titular de la firma de amoblamientos AR Design, no deja de crecer. Lo que comenzó como una única denuncia penal se transformó en una seguidilla de presentaciones que exhiben un mismo patrón de presunta estafa y que ahora suman nuevos protagonistas: un desarrollador inmobiliario y un transportista.

El abogado Lisandro Fontán Manuello, que representa a varias de las víctimas, confirmó que el jueves 14 ingresó en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) una nueva denuncia contra Otta, en este caso presentada por un desarrollador inmobiliario, y que el próximo lunes sumará otra radicada por un transportista.

“Siguen llamándome y sigue viniendo gente. Lo que sí llama la atención es que la fiscal todavía no lo ha llamado a indagatoria. Le dimos el dato de dónde tiene los materiales para ir a secuestrar y todavía no fue a secuestrar”, señaló Fontán Manuello, en contacto con Punto biz. El letrado planteó así un cuestionamiento directo a la lentitud y la falta de medidas concretas por parte de la Fiscalía, que, a su criterio, “no le da la relevancia que el tema merece”.

Según relató, tanto el desarrollador inmobiliario como el transportista habrían entregado anticipos en dólares a Otta para el diseño y fabricación de mobiliario que nunca se concretó. En ambos casos, el acusado firmó pagarés y reconocimientos de deuda, pero no cumplió ni con la restitución del dinero ni con la entrega de los bienes pactados.

Una causa que crece

El abogado adelantó que no se trata de las últimas denuncias. “El jueves o viernes de la semana que viene voy a estar ingresando otra”, adelantó. Su expectativa es que el número de presentaciones siga aumentando en los próximos meses, a medida que más damnificados se animen a exponer sus casos.

Lo que sorprende a los profesionales que patrocinan a las víctimas es la uniformidad del modus operandi: Otta exigía pagos adelantados —en muchos casos en dólares billete— para supuestamente iniciar la fabricación de muebles a medida. Luego comenzaba una cadena de excusas sobre demoras de proveedores, mostraba fotos o videos de materiales que, según denuncian, nunca se habían comprado, y finalmente incumplía con las entregas.

El caso estalló públicamente tras la denuncia de una médica que le confió a Otta una suma en dólares para amoblar su vivienda y nunca recibió el trabajo. A esa presentación le siguieron otras dos: la de un médico y la de un reconocido abogado penalista, ambas con relatos idénticos de incumplimiento.

En paralelo a las denuncias penales, un empresario rosarino impulsó un pedido de quiebra contra AR Design en el fuero Civil y Comercial, que quedó radicado en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la 9ª Nominación de Rosario, a cargo de la jueza María Fabiana Genesio. Allí se deberá resolver si el proceso avanza, algo que podría abrir una vía de cobro para los acreedores en caso de declararse la quiebra.

El expediente penal y el pedido de quiebra corren en paralelo, pero se alimentan de un mismo trasfondo: la presunta insolvencia de Otta y el vaciamiento de su firma. El showroom que AR Design tenía en calle Urquiza al 1200 cerró sus puertas hace semanas y poco se sabe del paradero del empresario.