Terminó en la quiebra firma santafesina proveedora de la construcción

La Justicia comercial de Santa Fe decretó la quiebra de Grupo AG SRL, una firma local dedicada a la prestación de servicios de pintura para el sector de la construcción que decidió “bajar la persiana” tras un 2024 que combinó caída de actividad, contratos licuados por la inflación y fuertes tensiones con el gremio. La sociedad estaba integrada por el empresario inmobiliario Andrés Recce y el arquitecto Gustavo Suzman.

La quiebra fue ordenada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la Sexta Nominación de la capital provincial mediante resolución del 9 de septiembre. Se fijaron plazos hasta fines de octubre para la verificación de créditos y hasta noviembre para observaciones, y se designó como síndica a la contadora Olivia Cristina Bressan.

Grupo AG nació en 2021 como una empresa especializada en la tercerización de servicios de pintura para grandes constructoras, edificios de vivienda y desarrollos comerciales. “Nos contrataban para las etapas finales de obra: pintábamos y prestábamos servicios de pintura para edificios y locales”, resume Recce en diálogo con Punto biz. En su pico de actividad, la firma llegó a emplear 30 trabajadores afectados a obras en la ciudad de Santa Fe.

El empresario venía de una larga trayectoria en el rubro de servicios, lo que lo llevó a apostar por este nicho: “Yo me formé en una empresa de limpieza, trabajé 30 años ahí, después se la dejé a mi hijo y todavía sigue. Con todos los contactos que tenía, pensé en armar una empresa de pintura, que es un rubro similar en la concepción: empleados, mano de obra, servicios”. Su socio era el arquitecto Gustavo Suzman, vinculado a la administración de consorcios, que también decidió abandonar esa actividad.

Más allá de la menor dinámica de la construcción privada, el modelo de contratos jugó en contra. “Cuando cerrás contratos con empresas grandes, los cerrás anualmente y después tenés muy poco derecho a renegociar”, explicó Recce. Con una inflación alta, los valores pactados quedaban rápidamente desactualizados: “Cuando tenés un nivel de inflación que no te acompaña, es difícil poder llegar al número y eso pasó en 2023 sobre todo”. De todos modos, el empresario aclara que ese no fue, para él, el factor determinante del final de la compañía.

El punto más sensible fue el frente laboral. Recce describe un escenario de fuerte presencia gremial en obra, con conflictos recurrentes vinculados a paradas de actividad, exigencias y tiempos muertos: “Lo principal fue la presión de Uocra sobre las obras en la ciudad de Santa Fe. Relata que en más de una ocasión el personal se veía obligado a frenar tareas por reclamos puntuales.

Con 57 años y cuatro décadas de actividad empresaria, Recce reconoce que llegó a un límite: “Un día me cansé y dije: ‘Esto lo cierro’”. La decisión fue avanzar en un cierre ordenado, indemnizando al personal: “Teníamos 30 empleados, alcanzamos a indemnizar a todos con lo justo y cerramos. No había ningún activo”.

El empresario subraya que la quiebra no arrastró un pasivo voluminoso ni un parque de bienes significativo: “No tengo acreedores. Lo poco que había era una oficina administrativa”. Con las indemnizaciones pagadas y sin activos para realizar, la presentación en quiebra terminó de formalizar la salida de Grupo AG del mercado santafesino de servicios para la construcción.