Viene de otro rubro, lo pensó en frío y montó su propio negocio

Rosario destaca por muchas cosas, entre ellas por tener el mote de Capital Nacional del Helado Artesanal. Hay muchos jugadores de peso en la ciudad y con amplia trayectoria, marcas nacionales que eligieron este plaza para expandirse y nuevos nombres que van sumándose al rubro, como Fiascunari. Hace apenas un mes cortaron cintas de su primer local, que toma la impronta de las típicas heladerías del sur de Italia donde “el helado se mezcla con masa”. 

En la esquina de Rioja y Pueyrredón ya había una heladería, compraron el fondo de comercio y le imprimieron un nombre propio. Alex Fiascunari y su hermano Matías se embarcaron en el proyecto y aunque no es la temporada fuerte para el helado, hacen su apuesta con el objetivo de mover la marca en una Rosario muy competitiva. Ninguno viene del palo, pero mucho tiró su historia familiar y el barrio en el que se criaron. “Me crié en zona sur, en las heladerías de zona sur, y hace un año empecé a hacer cursos de heladería, de paletas, para adentrarme en el rubro”, confió Alex a Punto biz. 

El espacio tiene unos 45 m2 y a la fábrica la montaron por calle Salta al 3000, por una cuestión de superficie. Aparte del café -un habitué de las heladerías en invierno-, suman como propuesta masas dulces como cannolis, bambanolis (donas con helado) y affogato (helado italiano a base de café). También buscan innovar con los sabores helados: lúcuma, mascarpone con amarena, chocolate Havanna, y algo más gourmet como Torta de Príncipe. Trabajan además con una línea de helados keto -por ahora tres gustos-, baja en azúcares y alta en proteínas. 

“Son helados artesanales y vamos experimentando con los gustos. Gustó mucho el de lúcuma (fruto), pero tuve que viajar hasta Buenos Aires para conseguir la pulpa. Hay mucha demanda y es el sabor más exótico que tenemos”, apuntó Alex. Y sostuvo: “Nos metimos en un terreno bastante áspero, pero en Rosario la gente quiere algo diferente y se está copando. No es una temporada fuerte, agarramos el invierno, pero decidimos abrir para empezar a meter un poquito el concepto. Es el día a día”.

Si bien Alex estudió Seguridad e Higiene, el involucramiento que tiene por historia familiar -sus bisabuelos eran de un pueblito del sur de Italia- y el entorno de crianza marcaron los pasos del emprendimiento. En Fiascunari podés hacer un parate, tomarte un café con cannolis o experimentar con los sabores helados. Los hermanos buscan que la experiencia para el rosarino -y por qué no para el extranjero- sea diferente y se asemeje más a las "gelaterie" italianas. “Se presentó la esquina con esta propuesta y la tomamos, siempre soñando con algo diferente”, sintetizó.