Relanzan en Rosario una licitación maldita: ¿La tercera es la vencida?

El intendente de Rosario Pablo Javkin intentará que la tercera sea la vencida. En lo que será la primera concesión gastronómica de relevancia en su gestión, el municipio hizo oficial el llamado para explotar el espacio gastronómico de Oroño y el Río, que acumuló dos intentos de licitación sin éxito en tiempos de Mónica Fein.

Ya sin exigencias mayúsculas en materia de obra pública -un sello de varias concesiones del socialismo-, la Intendencia publicó los pliegos para el estratégico espacio, que desde hace tiempo permaneces abandonado. Las ofertas se conocerán el próximo 17 de marzo.

"Soy más partidario de la concesión ligada al cánon por el servicio y no por una inversión de obra pública complementaria", repitió como mantra Javkin las veces que se lo consultó por el tema concesiones. Dicha visión se refleja en este llamado, donde la exigencia de obra se limita a la puesta en valor del inmueble de 75m2, incluido en el catálogo patrimonial.

El pliego establece un canon mínimo de $200.000 mensuales, que deberá estar expresado en unidades de medida (el valor de cuatro productos del menú). "El valor será revisado semestralmente", aclara el documento, que también establece que la duración del contrato será de seis años, con prórroga "a opción de la Municipalidad de hasta 24 meses".

Asimismo, la Intendencia estableció una serie de criterios particulares a tener en cuenta por los interesados:

x) Se hace explícito que la propuesta comercial debe ser "sin amenización musical"

x) La ocupación de mesas y sillas no podrá exceder de los 250 m2, entre espacios internos y al aire libre

x) Habrá seis meses de plazo máximo para ejecutar las obras de puesta en valor del inmueble

A la hora de establecer la fórmula de adjudicación, el municipio definió que tomará en cuenta cuatro criterios: experiencia, propuesta comercial, proyecto técnico y cánon. Cada uno de ellos pesará en partes iguales para la decisión final. Además, "el oferente deberá acreditar antecedentes en el rubro gastronómico durante los últimos tres años".

"No estamos pensando en propuestas grandilocuentes, sino en que el lugar pueda abrir sus puertas y dejemos de tener ese sitio cerrado", indicaron desde el municipio cuando se consultó sobre posibles ofertas en carpeta. Lejos entonces quedará la posibilidad de contar con un Hard Rock Cafe, posibilidad que motorizó sin éxito la última gestión. En el segundo llamado, hubo una única presentación -la de los últimos titulares del negocio- que no no convenció a las autoridades.