Con las exportaciones en caída libre desde 2008 como consecuencia de la crisis internacional que se desencadenó ese año, la rosarina Kip Machine – fábrica de máquinas para fitness – le dio un timonazo al negocio y cambió su estrategia de mercado. Por eso le buscó la vuelta para volcarse al comercio nacional y le apuntó a un nicho específico de cintas top para uso doméstico residencial. Con el prototipo ya desarrollado, estiman que en dos meses estarán a la venta.
La situación comenzó a complicarse hace cinco años. Las comercializaciones fuera del país, el fuerte de la empresa, comenzaron a desinflarse hasta que prácticamente quedaron en cero. Las exportaciones, en su momento, llegaron a superar el 50% de las ventas de Kip Machine pero, la situación económica le sacudió las estanterías. “La suba de costos internos y los problemas con el tipo de cambio hicieron caer los negocios en el exterior. Hoy están prácticamente suspendidos y ni siquiera asistimos a ferias internacionales, lugares a los que antes frecuentamos porque se nos abrían muchas puertas”, le contó a punto biz Horacio Moabro, titular de la firma.
Sin embargo, y a pesar de que todo se hizo cuesta abajo, la rosarina se la rebuscó para recuperar a nivel local el mercado perdido fuera de la frontera. Por eso, tras remarla y sostenerse durante años con las ventas en el país, desarrollaron un nuevo producto que está teledirigido a un segmento residencial premium. “Vamos a comenzar a comercializar una cinta para caminar o correr que será de uso doméstico. A diferencia del producto que hacemos par los gimnasios, esta va a ser apta para usar entre tres y cuatro horas diarias. Además, el peso con el que se puede trabajar es menor y tendrá mayor precisión”, detallaron.
Moabro dejó en claro que el chiche no correrá a la par de las máquinas propias ya existentes. Según explicó, “la idea es que no compita con las de uso comercial que también fabricamos en la planta. Las nuevas cintas están destinadas a un público particular de recursos altos, por eso tendrá un precio más caro que nuestros productos convencionales”.
A pesar que hasta el momento Kip Machine tiene en manos sólo el prototipo, el dueño de la empresa se entusiasma y precisó que el plazo para que salga la calle será de dos meses. Además, sostuvo que aún no definieron ni el precio ni la cantidad con las que saldrán al mercado.
En tanto, sacó pecho ante la competencia y si bien reconoció que a nivel nacional existen varios fabricantes que producen la misma clase de instrumento y hasta incluso ingresan al país máquinas extranjeras, se plantará “en el segmento más alto del mercado donde el nicho está poco explotado y hay un espacio que puede ser ocupado”.
Es más, Moabro aseguró que, a priori, el mercado que se le abre a la empresa es “muy grande”, aunque habrá que ver como responde el público ante el nuevo lanzamiento.
Kip Machine se constituyó como una empresa netamente exportadora que llegó a comercializar en el mercado internacional más del 50% de su producción. En 1998 vendió su primera unidad fuera del país que desembarcó en Brasil. Desde ese momento, logró colocar sus productos en China, Estados Unidos, países de Europa y Sudamérica.
En el 2002 recibió el premio Export-Ar en la categoría “Consolidación de Mercados Internacionales”. Y un año más tarde volvió a repetir el mismo laurel pero por la incorporación de valor agregado en el producto exportado. En ese mismo 2003, la rosarina trasladó sus instalaciones a su planta actual duplicando la superficie y hasta llegó a aumentar un 50% su producción.