Infraestructura biotecnológica: un modelo de tres patas que puede terminar rengo

Los $551 M que se trajo el gobernador Omar Perotti el viernes pasado de Capital Federal para levantar 2.500 m2 de laboratorios e invernaderos en la Siberia para incubar proyectos y empresas biotecnológicas fue muy bien vista en Rosario por todo el ecosistema emprendedor que trabaja en las ciencias de la vida. El plan de obras, que ya tiene redactado su proyecto ejecutivo y por ende está listo para ser licitado, en realidad es la punta de lanza de un esquema que pauta la construcción de infraestructura pública y privada en otras dos ubicaciones estratégicas: una de la zona sur de Rosario y otra en Alvear. Un triángulo que cobra impulso aunque hay iniciativas que avanzan más rápido que otras.

A los funcionarios de Ciencia y Tecnología de la provincia les gusta hablar de hub biotencológico a la hora de precisar en el ecosistema que se está gestando bajo lineamientos de actores públicos y privados. “Definimos una especie de triángulo cuyos vértices son la Siberia -tanto el Centro Universitario como del Centro Científico Tecnológico de Conicet-, la Zona i en el ex Batallón 121 que esperamos pueda ser base también para muchas empresas biotecnológicas y por el último el complejo de Alvear donde ya funciona la compañía Terragene y está previsto ampliar en el marco de un parque tecnológico de 100 hecátareas”, precisó Marina Baima, secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación de Santa Fe, en contacto con Punto biz.

“El valor que tiene este desarrollo es que fue impulsado de la mano de los actores que lideran el ecosistema por ende hay un respaldo privado que avala las gestiones que hace el gobierno provincial para activar las obras fundamentales para generar el polo biotech”, sumó la funcionaria sobre el espíritu del modelo de trabajo.
 

Modelo desperdigado

Aunque la rama biotecnológica ha sido una marca de la gestión del gobernador Omar Perotti con fuerte anclaje en el Gran Rosario, algunos referentes que participan en las startups se lamentan que el desarrollo se distribuya en tres espacios en simultáneo, frente a lo que ocurre en otras regiones del mundo, tal el caso de Saint Louis, meca de la biotecnología yanki, donde la mayoría de los edificios de laboratorios e invernaderos para pruebas de ensayos están en un gran predio centralizado. “Yo me pregunto si con tres polos en simultáneo se podrán cristalizar los complejos edilicios tan rápido como realmente se los necesita”, indagó el socio fundador de una startup que acaba de fichar nueva superficie.

Lo cierto es que la infraestructura disponible para la investigación y desarrollo hoy está limitada más allá de los proyectos que están en danza. Básicamente es el complejo del Grupo Bioceres en el predio del Conicet el que ha alojado a varias startups bio en sus etapas germinales, aunque cuando algunos de los emprendimientos maduran, hoy suelen tener dificultades para hallar nueva superficie.

La Zona i espera sentada

Punto biz publicó en primicia que la startup local BioHeuris será la primera firma biotecnológica en radicarse en 300 m2 en una de las naves ya recicladas del espacio que otrora ocupara el Batallón 121. Su desembarco en realidad es el que inicia un camino que apunta a recuperar una tercera nave antes utilizada por el Ejército para lo cual el Polo Tecnológico Rosario y el Gobierno de Santa Fe buscan acceder a financiamiento internacional para montar allí laboratorios e invernaderos, tal cual también anticipó este medio. 

El objetivo allí es muy ambicioso y a todas luces se trata del vértice del triángulo biotecnológico más atrasado en cuanto a fondos disponibles para avanzar con los trabajos de adecuación. “Los anteproyectos que requieren montos millonarios se están encargando, eso es un punto que muestra a las claras la decisión de la administración provincial de avanza, no obstante se trata de intervenciones edilicias que requieren de alto financiamiento debido a que se trata de poner en valor edificios de valor patrimonial que requieren tratamiento específico”, precisó Baima.

Por lo pronto, desde el área de Ciencia y Tecnología impulsan la transformación de la zona en articulación con otras esferas del estado, no en vano funcionará en el lugar la Escuela Técnica 292 en el antiguo Casino de Oficiales que es objeto de restauración por parte del MInisterio de Educación.

Las gestiones del gabinete de Perotti incluyen capitalizar para Rosario parte del crédito de u$s200 M que le otorgó el Banco Mundial a la Argentina para inversión en desarrollos de base tecnológica.

En Alvear un megacomplejo

La tercera pata del esquema tiene de protagonista la localidad de Alvear donde opera una de las empresas privadas de base bio con más relevancia: Terragene. La firma cortó cintas de su sede central en el Micro Parque Industrial, (MicroPI) loteo privado que se originó como predio residencial, viró a polígono fabril y parece encaminado a transformarse en un espacio de instalación para naves dedicadas a la ciencias de la vida de la mano de una ampliación que precisamente pilotea Terragene.

Son en total 100 hectáreas, parte de las cuales están ocupadas por el MicroPI y otro tanto están destinadas a la ampliación de la superficie que pronto pasará a estar bajo el encuadre de parque tecnológico, variación registral que posibilitará que se potencie la llegada de financiamiento estatal. Tal cual anticipó Punto biz, será la incubadora Uovotek de Terragene la que primero radicará su sede en el master plan de ampliación. Pero entre los interesados también está el poderoso holding Bioceres que mediante su apropiación en el fondo SF500 compró recientemente el 20% de Uovotek.

Al tener gran impulso privado detrás, el programa de obras para Alvear es de los que tiene más chance, junto a las ampliaciones sobre infraestructura montada en la SIberia, de ver la luz en el mediano plazo.