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Política

Política provincial 

El PJ logró armar una sola lista arreglando con una extra partidaria

El PJ logró armar una sola lista arreglando con una extra partidaria
Mauro Aguilar

En el cierre de candidatos al Congreso de la Nación volvió a ceder el primer lugar a Ciudad Futura. Hubo exclusiones. Como quedaron todas las candidaturas. 

Santa Fe ya tiene a los candidatos que competirán en octubre para renovar nueve de las diecinueve bancas que posee la provincia. El día final para la presentación de listas estuvo eclipsado por las febriles negociaciones del peronismo, que finalmente alcanzó una fórmula de unidad que durante el domingo parecía lejana. Casi una quimera.

En la última jornada se trazaron y desestimaron distintos escenarios. En todos ellos, la diáspora del PJ parecía un hecho. Cristina Fernández de Kirchner se involucró directamente en el tema. Presionó y trabó acuerdos para evitar que la conducción partidaria de Santa Fe cierre una propuesta electoral que no contaba con su respaldo y que ubicaba a Agustín Rossi como cabeza de lista. Esa candidatura hubiese generado una interna a cielo abierto, con al menos dos listas pulseando por el voto justicialista. 

Finalmente la sangre no llegó al río y Caren Tepp, una de las figuras centrales de Ciudad Futura, tendrá el primer lugar. Es la misma fórmula a la que recurrió el PJ cuando ungió a Juan Monteverde como cabeza de lista para la Asamblea Constituyente. Un extrapartidario al que se acepta frente a la inevitable necesidad de exhibir cierta renovación interna.  

Tepp estará acompañada por Rossi en el segundo lugar y, más abajo, por representantes de las distintas tribus internas. El ex ministro conservó un lugar expectante –aunque no el primero que pretendía– sostenido por los senadores provinciales, en definitiva los dirigentes que manejan la lapicera del sello. Ese grupo elucubra que en elecciones con poca participación ciudadana, como las que se vienen registrando, los núcleos duros pueden marcar la diferencia. Y Rossi puede hacer ese aporte. 

Tercera estará la camporista Alejandrina Borgatta, cuarto el massista Oscar Martínez, quinta Fernanda Gigliani y sexto Pablo Corsalini, un representante de los intendentes y jefes comunales enrolados en Vamos Santa Fe. Corsalini y Monteverde trabajaron mucho para alcanzar el acuerdo que finalmente se alcanzó.  

El río del justicialismo, más que revuelto, pareció encrespado durante todo el domingo. Temprano, el perottismo declinó toda aspiración de competir. Aunque Roberto Mirabella había expresado su deseo de renovar su mandato en diputados, pasado el mediodía se bajó denunciando “egoísmos personales” y que el PJ de Santa Fe estaba subordinado a lineamientos marcados desde Buenos Aires. 

Mientras Rossi sostenía su candidatura, Cristina buscaba condicionarlo. Primero, impulsando la candidatura de la diputada camporista Florencia Carignano. Buscaba dejarle claro a su ex ministro que no le dejaría el camino allanado, mucho menos si pretendía hacer campaña agitando lealtad kirchnerista. Pero no sólo hizo eso la ex presidenta. Además, apuró distintas comunicaciones para evitar que representantes gremiales y del massismo acompañen al Chivo. La encerrona tuvo su resultado. Finalmente se alcanzó la unidad, aunque, claro, el acuerdo dejó heridos. El Movimiento Evita, que decidió quedarse afuera ante la precaria oferta que recibió para ocupar un quinto lugar, es uno de ellos. Será cuestión de ver cómo impacta eso en su alianza con Ciudad Futura, un acuerdo que hace dos años dejó a Monteverde en la puerta de la intendencia.  

La derecha: sin Diez ni Granata 

La Libertad Avanza extendió el debate para definir a sus candidatos hasta el domingo a la tarde. En la fuerza libertaria llegaron al último día con tres cuestiones por resolver. La primera, si Romina Diez, la voz de Karina Milei en Santa Fe, encabezaba la lista. La segunda, en una integración pura, reservada para leales, apuntaba al reparto de lugares y, por lo tanto, a definir quién recibía premios y quién no. La tercera, si se le daba algún espacio al PRO más duro, el que representa hoy Patricia Bullrich. 

La estrategia, como lo hizo LLA en el resto de los distritos, estuvo manejada por Karina y por los Menem que tallan en el poder: Eduardo y Martín. Diez ejecuta en Santa Fe lo que se dispone desde las más altas esferas. Ella misma no estaba convencida de liderar la nómina, pero hasta último momento fue una posibilidad que se manejó en el laboratorio de libertario. 

Aunque sueña con competir por la gobernación en 2027, la diputada evitó involucrarse finalmente en las dos elecciones más pesadas que tuvo el distrito este año: la de constituyentes y la de diputados. Quizás pesó más el temor a quedar lejos en las urnas que la oportunidad de ganar visibilidad en el electorado, algo que necesitará para fortalecer sus aspiraciones.  

Finalmente se dispuso ir sin nombres rutilantes, pero sí del más puro riñón libertario. El uno quedó para un leal de Diez: Agustín Pellegrini. Abogado, joven, armador y vicepresidente del partido en Santa Fe, se lo premió por su labor militante, ya que fue clave para reclutar afiliados y para conseguir la aprobación del sello en la provincia. 

Más atrás aparecen funcionarios de la Anses, una militante libertaria y, en el quinto puesto, Germán Pugnaloni, un hombre de Bullrich que ocupa lugar en el ministerio de Seguridad y que en el pasado oficiara como asesor de Carolina Losada. 

En el espectro de derecha la otra novedad la ofreció Amalia Granata. La diputada y ex animadora decidió replegarse en la provincia y se bajó de la pelea nacional. Cerca suyo explican que prefirió mantener lo que fue construyendo en estos años. No era momento de dar el salto. No tenía, explican, recursos para darle pelea a los tanques partidarios más pesados. Y el riesgo de quedar mal parada en las urnas era cierto.  

Hay otro motivo que pudo haber influido en su decisión. Tal vez una razón que no tiene el peso de la anterior, pero que quizás se convirtió en otro aliciente. Su presencia en la grilla de candidatos hubiese dividido el voto de la derecha, tal como sucedió en la pulseada por un lugar en la Asamblea Constituyente. Granata entendió que, de esa manera, quizás le hacía un favor al gobernador Maximiliano Pullaro, convertido hoy en su máximo enemigo político. Su paso al costado, también podría estar motivado por esas razones.

Unidos y tranquilos 

Unidos fue el único que llegó al cierre holgado, con sus principales nombres confirmados desde hace varios días y con la única novedad de que finalmente no integró en su nómina a ninguno de los intendentes locales del peronismo que se arriman al fogón del armado que a nivel nacional empujan Maximiliano Pullaro junto a los gobernadores de Córdoba, Chubut, Jujuy y Santa Cruz.

Pullaro y su frente político nacional obligaron a Unidos a apurar los tiempos para resolver posiciones, figuras y estrategias. El momento de mayor tensión ocurrió diez días antes, cuando debían definirse las alianzas. Allí sí tuvieron que trajinar para cerrar acuerdos. Con un PRO alineado y un socialismo demandante, el gobernador debió ceder para poner al servicio de Provincias Unidas toda la fuerza de su armado provincial. No poder lograrlo era una muestra de debilidad. Lo resolvió ofreciendo un lugar expectante al socialismo y relegando a la candidata radical al tercer lugar de la lista. 

En ese mismo momento se despejaron todas las dudas, ya que el primer lugar era un movimiento que había descubierto días atrás con la confirmación de Gisela Scaglia como principal figura. El fin de semana sirvió para completar el trámite, pero sin urgencias. Apenas restaba definir si era posible sumar a alguno de los intendentes del peronismo santafesino que se encolumnaron con el cordobés Martín Llaryora y que exploraron con Pullaro la posibilidad de ocupar un lugar en la lista de Provincias Unidas. 

Finalmente, esta alternativa no se concretó, pero el puente está abierto y es posible que se los empiece a ver cada vez más cerca del gobernador. El viernes, en Funes, el intendente local, Roly Santacroce, recibió a Scaglia y bromeó mientras les tomaban una foto juntos con la posibilidad de respaldar su candidatura como diputada.  

No serán los intendentes, pero la lista santafesina de Provincias Unidas sí tendrá representación del peronismo: Pullaro se ocupó de dejar lugares para dirigentes alineados con Juan Schiaretti y con Miguel Ángel Pichetto, dos que apoyan el armado nacional de los gobernadores díscolos con la administración libertaria. 

En la lista, en definitiva, comparten lugares socialistas y radicales, el PRO y algunos peronistas. Una entente que busca diferenciarse de los libertarios y del kirchnerismo y que se verá qué dimensión alcanza en 2027. Aunque para eso falta demasiado. En dos meses hay un primer test que exhibirá las fortalezas y debilidades de todos. No sólo de opositores y oficialistas. También de la política, a la que la ciudadanía parece desde hace un tiempo haberle dado la espalda. 

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