La encrucijada de Javkin de cara a las elecciones generales

Con poco más de 90.000 votos, Pablo Javkin ganó la interna del Frente Progresista y será el candidato oficialista para intentar suplantar a la intendenta Mónica Fein a partir del 10 de diciembre. Ese rótulo -sobre el que seguramente machacarán todos sus contendientes- le genera una encrucijada en la cual estará inmerso de aquí hasta el 16 de junio.

Con movimientos de equilibrista, Javkin se ocupó todo este tiempo de diferenciarse de las gestiones socialistas pero sin traspasar una línea de la cual sería complicado volver. Su estrategia le rindió frutos, particularmente en el centro y macrocentro donde el Partido de la Rosa mostró su peor performance.

El problema es que ahora ya no habrá un representante socialista en la boleta, y de aquí  en más Roberto Sukerman, Roy López Molina y Juan Monteverde lo apuntarán lisa y llanamente como el candidato que viene a garantizar la continuidad de un desgastado oficialismo. Qué sólo uno de cada cinco electores haya optado por continuar con el mismo signo político en el Palacio de los Leones es un hecho que juega a favor para todos los que militan en las huestes de la oposición.

A ese contrapunto se suma el hecho de que el aspirante oficialista a la gobernación Antonio Bonfatti necesita como el agua sumar voluntades en Rosario para volver a la Casa Gris de Santa Fe. Mostrarse junto a Javkin le permitiría al ex gobernador levantar su imagen, sobre todo en las tres primeras seccionales, donde el actual concejal superó por varios miles de votos al presidente de la Cámara de Diputados.

Pero Javkin seguramente buscará esquivar al máximo posible las fotos con figuras del partido de gobierno. Sabe que buena parte de su capital está puesto en el hecho de representar una bocanada de aire fresco tras 30 años de socialismo en el Palacio de los Leones. El punto es cómo podrá esquivar el bulto, porque el socialismo presionará para levantar la figura de Bonfatti. También juega su propia supervivencia, porque también le conviene que sea Bonfatti el próximo gobernador.

En caso que Javkin se quede con la Intendencia y sea Perotti el próximo en sentarse en el sillón de Brigadier, le será muy difícil gestionar una ciudad que en los últimos años se acostumbró a pedir auxilio a la Provincia para cerrar los balances de fin de año y  potenciar las obras públicas. Casi siempre basta con algunos llamados para que ello se concrete, pero eso difícilmente pueda darse en el caso que el peronismo regrese a dominar la política santafesina.

Por ahora los candidatos están terminando de analizar los resultados de las Paso y no salen demasiado a escena, acaso para no cansar a una población que este año puede llegar a ir hasta cinco veces a las urnas. En las próximas semanas se develará la incógnita sobre cómo enfrentará Javkin esta encrucijada.