Trump quiere cambiar la fórmula de la Coca-Cola: ¿a quiénes perjudicaría?

El presidente estadounidense Donald Trump anunció la decisión de Coca-Cola de volver a endulzar la bebida con azúcar de caña, lo que impactaría en la industria del jarabe de maíz, utilizado en las últimas décadas.

En una publicación en las redes sociales el miércoles, el presidente de EE.UU. explicó que había hablado con Coca-Cola sobre "el uso de azúcar de caña REAL en la Coca-Cola en EE.UU., y han accedido a hacerlo". Lo calificó como una "buena decisión" por parte de la empresa con sede en Atlanta, y añadió: "Ya lo verán. Es simplemente mejor".

El inesperado anuncio de Trump metió a la Casa Blanca en un largo debate sobre el efecto sobre la salud de los diferentes tipos de azúcar, y puede agradar o enfadar a los agricultores en regiones del país donde cuenta con un fuerte apoyo.

Ni Trump ni Coca-Cola respondieron a preguntas sobre el cambio a última hora del miércoles, como la forma en que Coca-Cola obtendría los incalculables volúmenes de azúcar de caña que necesitaría o si la caña reemplazaría o complementaría los ingredientes actuales de la bebida.

Coca-Cola declaró: "Apreciamos el entusiasmo del presidente Trump por nuestra icónica marca Coca-Cola. Pronto compartiremos más detalles sobre nuevas ofertas innovadoras dentro de nuestra gama de productos Coca-Cola".

La Coca-Cola producida en EE.UU. utiliza jarabe de maíz alto en fructosa (jmaf), un edulcorante altamente procesado cuyos efectos sobre la salud en comparación con otras formas de azúcares añadidos fue durante mucho tiempo fuente de controversia.

Este tipo de jarabe se extrae del maíz, cuya base de producción se ubica en estados agrícolas del medio oeste como Illinois, Iowa y Nebraska, en condados rurales que votaron mayoritariamente a Trump en las elecciones presidenciales de 2024.

La caña de azúcar estadounidense se cultiva principalmente en los cálidos estados de Florida y Luisiana, en la costa del Golfo de México, mientras que el azúcar de caña adicional se importa en virtud de un sistema de cuotas arancelarias.

Las acciones de Archer Daniels Midland e Ingredion, dos de los mayores procesadores de maíz cotizados en Bolsa, se desplomaron el miércoles un 6,3% y un 8,9%, respectivamente, en las operaciones posteriores al cierre del mercado. Las acciones de Coca-Cola se mantuvieron sin cambios.

John Bode, consejero delegado de la Asociación de Refinadores de Maíz, advierte: "Sustituir el jarabe de maíz alto en fructosa por azúcar de caña costaría miles de puestos de trabajo estadounidenses en la fabricación de alimentos, reduciría los ingresos agrícolas e impulsaría las importaciones de azúcar extranjero, todo ello sin ningún beneficio nutricional".

Los embotelladores de Coca-Cola utilizaron azúcar de caña en la producción estadounidense hasta la década de 1980 y siguen empleándola en la mayor parte de la producción extranjera, incluida la mexicana, lo que dio lugar a la llamada Coca-Cola Mexicana, preferida por algunos consumidores estadounidenses. Su variante especial Kosher para la Pascua judía, conocida por sus tapones amarillos, es igualmente codiciada por algunos consumidores por utilizar también azúcar en lugar de jarabe de maíz.

El anuncio de Trump se produce en un momento en que su secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., está tomando medidas más enérgicas contra los alimentos altamente procesados. A principios de esta semana, la Casa Blanca anunció que docenas de empresas de helados, que representan más del 90% del volumen de helados vendidos en EE.UU., se habían comprometido a dejar de utilizar colorantes artificiales certificados en sus productos lácteos congelados.

Aunque Kennedy ha criticado el jarabe de maíz alto en fructosa, también adoptó una postura agresiva contra el azúcar en general. En un evento a principios de año declaró que "el azúcar es veneno", sin especificar si se refería al procedente del maíz, la caña o cualquier otro cereal.