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Aire acondicionado: cuál es la temperatura recomendada según la edad

Aire acondicionado: cuál es la temperatura recomendada para cada edad

Por Redacción

Existen distintas maneras de percibir el clima tanto en bebés, niños, adolescentes y adultos. Qué tener en cuenta.

El verano ya está cerca de llegar a su fin, pero el calor persiste en muchas zonas del país y el aire acondicionado es una de las alternativas más comunes a la hora de refrescarse. Sin embargo, al usar este equipo, según las marcas York y Hitachi de Johnson Controls se debe tener en cuenta que la temperatura que necesita cada cuerpo cambia según la edad. 

A medida que las personas envejecen, sus necesidades de mantener el confort térmico cambian sutilmente. Por lo general, los recién nacidos y los bebés son más vulnerables a los cambios sutiles de temperatura, mientras que las personas mayores pueden requerir una temperatura más cálida.  

En esa línea, el envejecimiento afecta a otros aspectos como la fuerza muscular, la capacidad de sudoración y la reducción de la capacidad para distribuir el calor corporal a la piel, lo que influye en la forma en que el cuerpo regula su temperatura. 

“Los estudios demuestran que percibimos la temperatura de manera diferente, según las etapas de la vida y dependiendo de las diferentes circunstancias y escenarios, dejando claro que la edad juega un papel importante a la hora de determinar lo que cada uno considera una temperatura agradable”, comenta Mariano Bruno, Gerente de Ventas para las marcas York y Hitachi de Johnson Controls para Argentina, Uruguay y Paraguay.

-Bebés y niños pequeños

Los bebés y los niños tienen necesidades térmicas únicas. Esto se debe a que aún no poseen la capacidad de adaptarse correctamente al entorno que los rodea ni los conocimientos necesarios para añadir o eliminar capas para mejorar su propio confort térmico. 

Además, su estructura corporal, con una mayor superficie en relación a su peso, los hace más vulnerables a los cambios de temperatura. Este aspecto de la termorregulación es particularmente significativo en los recién nacidos. 

Por eso, los requisitos de confort térmico para ellos indican mantenerlos en un ámbito que no sea ni demasiado caliente ni demasiado frío. 

Dado que los bebés pierden calor más rápido que los adultos, y no tienen las habilidades para regular su propia temperatura, les resulta más difícil adaptarse a los cambios térmicos.

Aunque hay muchos estudios al respecto, por lo general un bebé comenzará a regular su propia temperatura corporal entre los 9 y los 12 meses de edad. Sin embargo, incluso entonces, es importante que se mantenga una temperatura constante a su alrededor. 

Si hace demasiado calor, el niño puede sobrecalentarse, lo que provoca molestias y problemas graves.  Mientras que, si hace demasiado frío, corre el riesgo de sufrir hipotermia mucho antes que un adulto.

“En estos casos, se necesita una habitación que se mantenga entre 18º y 21º Celsius. Si hace demasiado calor, es posible que se despierten fácilmente. Si hace demasiado frío, es posible que su sueño no sea tan profundo”, afirmó Bruno. 

Al respecto, Daniel Sandoval,  Gerente de Marketing de Johnson Controls para Latinoamérica, explicó que el uso de aires acondicionados residenciales y sus últimas funciones -en especial la tecnología inverter- ayuda a mantener la temperatura de una habitación más constante, lo que mejora la calidad del sueño de los más pequeños. 

-Niños y adolescentes

El avance de la edad influye en la forma en que los niños y adolescentes reaccionan a los factores de confort térmico. A medida que sus cuerpos se desarrollan, su metabolismo y la relación superficie-volumen cambian.

Por ejemplo, los niños más pequeños pueden tener frío más rápidamente debido a la menor masa muscular, lo que afecta la producción de calor. Los adolescentes  están más desarrollados y se adaptan a los cambios de temperatura más fácilmente, pero la pubertad puede causar una mayor sensibilidad al frío o al calor.

“En ese sentido, cabe destacar que los entornos escolares se benefician enormemente del confort térmico y la calidad del aire óptimo, que se logra equilibrando los factores mencionados anteriormente: temperatura, humedad y flujo de aire. Una temperatura agradable siempre ayudará a los estudiantes a concentrarse y mejorar el aprendizaje”, comentó Sandoval. 

Las temperaturas incómodas pueden distraer e impedir el aprendizaje. Del mismo modo, una buena calidad del aire interior facilita el estudio y previene problemas de salud como la irritación ocular o el asma. 

“Medidas simples, como una ventilación adecuada y un aire acondicionado eficiente, pueden crear espacios de aprendizaje más saludables y cómodos. De acuerdo con ASHRAE (Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado), en lugares con estaciones definidas, las aulas deben tener una temperatura mínima de 22ºC en invierno y 24ºC en verano, y una humedad relativa entre el 40% y el 60%”, detalló Bruno. 

Además, un resultado derivado de la temperatura y la ventilación correctas es la mejora de la eficiencia. En esencia, un entorno escolar bien gestionado mejora el bienestar de los estudiantes, los resultados del aprendizaje y la eficiencia.

-Adultos: metabolismo más lento

Los adultos suelen mantener una temperatura corporal de alrededor de 37° C, pero el envejecimiento reduce la eficacia de los mecanismos naturales de enfriamiento y calentamiento. A medida que se envejece, los seres humanos son menos activos, lo que ralentiza el metabolismo.  

“Los adultos, al igual que los adolescentes y los niños, reaccionan a la temperatura y esto afecta a su comportamiento de diferentes maneras. Un calor excesivo hace que nuestros niveles de ansiedad y estrés aumenten, mientras que demasiado frío hace que nos sintamos adormilados. Esto, en algunas situaciones, puede ser problemático”, relató Sandoval.

Por eso, ajustar la temperatura en un espacio de trabajo es importante tanto para la comodidad como para la productividad. No se trata solo de la temperatura del aire; también se trata de cómo la misma afecta a nuestros cuerpos y mentes. ”, remarca Sandoval.

“En el lugar de trabajo, el rango de temperatura recomendado varía según la temporada, pero ASHRAE sugiere 21 °C a 24 °C en invierno y 24 °C a 27 °C en verano. La ventilación regular también es clave para mantener un entorno saludable y eficiente desde el punto de vista energético”, pormenorizó Bruno.

En el caso de los adultos mayores, las investigaciones arrojan que la temperatura recomendada para los ambientes es un rango que va de los 18ºC a los 25,5ºC.

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