Tiene panaderías y se la jugó por la masa madre para abrir cafetería top

La esquina de Mitre y Catamarca tiene otro semblante. El pasado 25 de agosto cortó cintas Honorato Casa de Pan, una propuesta diferente dentro del rubro de los panificados. Su dueño, Miguel Pacheco, que cuenta con largos años de trayectoria en el sector y dos panaderías tradicionales en zona sur, apostó por elevar el concepto y adaptarlo a los tiempos que corren, en los que prima la diversidad para el consumo. “Quería llevar una cultura sana de lo que es comer pan porque todo el mundo relaciona el pan con algo que hace mal”, confió. 

Es el primero de sus tres locales con servicio de desayunos y meriendas y una oferta de pan elaborado con harina orgánica y de fermento natural de masa madre. Como distintivo, la carta incluye los valores nutricionales de todos los productos y se elaboró en conjunto con una nutricionista. “Comer 200 o 300 gramos de pan por día es bueno para el organismo, sobre todo si es con harina orgánica”, refirió Pacheco en contacto con Punto biz. Este desembarco en el centro es estratégico y aunque ya piensa en expandirse y franquiciar el negocio, las primeras semanas funcionarán como termómetro para saber cuándo redoblar la apuesta. 

“La creación de Honorato tiene como objetivo ofrecer franquicias y la idea es que los otros locales de zona sur pasar a ser Honorato también”, detalló. El portfolio es variado y ofrecen bollería tradicional como tortas negras, sacramentos y vigilantes, y bollería especial, elaborada con harina orgánica, que suma rolls de canela, facturas danesas y medialunas de manteca. Además hay tostados y una amplia oferta en sandwichería para combinar dulce y salado. 

Abierto de lunes a lunes, Honorato busca plantarse en una zona que también tiene como atractivo al Hotel Ros Tower, justo al frente. Esa tradicional esquina supo albergar varios comercios del rubro gastronómico -el último un restaurante- pero pocos caminaron. Para Pacheco es una gran apuesta esta apertura no sólo por traer su marca al centro, sino por el concepto que pretende instalar. Y estos pocos días en el ruedo le fueron demostrando que no se equivocó. “Ni bien arrancamos me di cuenta de que faltaba capacidad de mesa por la circulación que hubo y tuvimos que sacar estantes y agregar más mesas”, sostuvo. Y sumó: “El barrio necesitaba de un lugar así. Eso lo percibimos cuando abrimos”.