Ampliarán imputación por estafa contra el financista Daniel Casanovas ahora radicado en Salta

Aunque del listado de financistas con serias dificultades tanto en la justicia civil como en el fuero penal el caso de Daniel Casanovas es uno de los pocos en los que están cumpliendo con los compromisos asumidos frente a los clientes, la Unidad de Delitos Económicos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) prepara una ampliación de las imputaciones por fraude para el empresario y su esposa.

De acuerdo a información que pudo recolectar Punto biz de la propia Fiscalía, a los cargos que le atribuyeron a Casanovas y su esposa, Samanta Verónica Bravo, vinculados a maniobras de administración fraudulenta en concurso real, enajenación y/o retiro de depósito gravado como propio en calidad de autores y estafa, se le van a sumar nuevos hechos denunciados en los últimos meses y que repiten la metodología expuesta durante la audiencia que encabezó el 6 de octubre pasado el fiscal Miguel Moreno.

Puntualmente el concurso de la agropecuaria Cereales del Sur SA fue la punta del iceberg del descalce de los negocios de Casanovas y permitió exponer un default de $450 M cuyo plan de pagos fue avalado por la justicia debido a que la firma agropecuaria derivó en una estructura dedicada a la comercialización de ganado -Fideicomiso Ganadero Norte- que permitió ir cumpliendo con los acreedores que no obstante sufrieron una importante quita sobre los valores verificados ante la justicia. Lo cierto es que la crisis en el corre acopio no tardó en impactar sobre la agencia bursátil del empresario (CGV) y la financiera extra bursátil (Rosario E-Trader). Las operaciones de CGV fueron suspendidas por los Mercados y comenzaron negociaciones con sus clientes en busca de acuerdos privados de pago. Así la agencia armó también un fideicomiso ganadero para responder por cheques garantizados con warrants de granos y a los que se adhirieron les paga en cuotas los cheques no cubiertos.

"Está celebrando acuerdos particulares con algunas víctimas convenios de pago. Otros se han sumado a un fideicomiso", mencionó el fiscal Moreno ante la consulta de Punto biz sobre la estrategia que viene aplicando el financista. Lo notable es que más allá de los convenios que en forma independiente Casanovas viene desarrollando con cada acreedor, desde el MPA destacan que en medio de la seguidilla de casos de default que temrinaron en el fuero penal por desmanejos con los fondos de los clientes, Casanovas es de los pocos que atiende el teléfono y viene intentando saldar los compromisos.

Las maniobras que expuso Moreno en la audiencia de octubre del año pasado dieron precisiones sobre faltantes de dinero líquido de cuentas comitentes de clientes que operaban con CGV, que habrían sido empleadas para tapar los agujeros de otras sociedades del holding. Los nuevos casos que servirán para ampliar la imputativa serían un total de 5.

Ajuste de medidas cautelares

Desde el 6 de octubre del año pasado, cuando el juez Gustavo Pérez de Urrechu hizo lugar a los argumentos del fiscal e imputó a Casanovas y su esposa, ambos tienen trabado embargos sobre sus inmuebles, y tienen inhibiciones de fondos bancarios por unos u$s4 M. Además, cargan con la prohibición de desprenderse de activos de las sociedades Cereales del Sur, Daniel Casanovas y Asociados, Compañía Argentina de Warrants, Fideicomiso Ganadero Norte y José Cano e Hijos.

Además, como medidas cautelares, al financista y su mujer el juez les prohibió salir del país, por lo que debieron entregar sus pasaportes argentinos y extranjeros. Ahora bien, el planteo del fiscal Moreno apunta a ajustar dichas medidas.

Es que con miras a administrar de cerca el negocio agroganadero que es la fuente de ingreso que le permite liquidar los pasivos que registra con sus clientes, Casanovas solicitó autorización para radicarse en la provincia de Salta. En el marco de dicho permiso, Samanta Verónica Bravo podrá firmar periódicamente en la provincia norteña para que la Justicia santafesina verifique que está ubicable y dentro del país y su marido deberá hacer lo propio pero en Rosario, cada 20 días.