Los dueños de Queens abren un boliche en la esquina de Soho

Los dueños de Queens bar se agrandan en la noche rosarina y ahora, bajo un concepto al estilo boliche, abrirán Harlequins en la esquina donde hasta hace poco funcionó Soho (Alvear y Salta). Con una oferta gastronómica mas acotada, le apuntan a un nicho orientado a la organización de cumpleaños y despedidas. El lugar ofrecerá una carta para cenar y, a partir de las 3 de la mañana, quedará habilitado como espacio bailable. Entre fines de abril y principio de mayo abrirá las puertas.

Las negociaciones se venían manejando desde hace un tiempo, pero desde Queens no se querían adelantar a dar la noticias hasta que nada esté cerrado. Por eso, con el contrato abrochado, Ignacio Mackay – uno de los titulares del bar – le contó la movida a punto biz. Es que aprovechando la época del año, un espacio cerrado para festejar eventos especiales viene como anillo al dedo. “Le apuntamos a los cumpleaños y las despedidas”, dejó en claro.

Por eso, la idea es ofrecer un menú diferente a lo que hoy propone el bar de Rioja e Italia. Y si bien Mackay aclaró que todavía la carta gastronómica no está definida, dejó por sentado que “será algo simple”.

Lo mismo ocurrirá con la coctelería. Es que a pesar que buscarán “diferenciarse” con tragos típicos como el mojito y la cairipinha, “la oferta será más acotada y no habrá unos 60 tragos como tenemos a disposición en Queens”, resaltó el empresario de la noche rosarina.

De acuerdo a lo que contaron, el local abrirá a la hora de la cena y el bar se extenderá hasta las 2 o 3 de la mañana. “Después de esa hora vamos a cambiar la onda para que se transforme en boliche y en un lugar para bailar”, sostuvieron.

En tanto, Mackay dejó en claro que el nombre Harlequins “se debe a que este personaje era el bufón de la realeza y el nuevo espacio va a estar emparentado con lo que es la joda y la movida nocturna”.

Con las remodelaciones en marcha, los empresarios apuntan a cortar cintas entre fines de abril y principios de mayo. Y si bien las obras interiores no serán de gran magnitud, le lavarán la cara al lugar para “que se note el cambio”.