Village Rosario perdió brillo pero no para de facturar

Fue el primer complejo internacional de cines que desembarcó en Rosario. Y si bien hoy, con una competencia feroz en el rubro, perdió el glamour de antaño, sigue firme en el segundo lugar de la taquilla en las salas locales. Ese es el presente que vive Village en la Cuna de la Bandera, con un perfil de público que está lejos de ser el ABC1 que colmaba las proyecciones todas las noches a finales de los '90. La estrategia aplicada por la cadena al parecer les deja margen desde lo económico, pero al mismo tiempo muestra un centro comercial deslucido, con la mayoría de los locales cerrados hace años y sin aparente interés de revertir la situación en el cercano plazo.

Ingresar al espacio de avenida Eva Perón al 5800 una tarde de verano, es como ver la trastienda de un circo con la luz del sol. Obreros reparando algunos carteles y pintores emprolijando fachadas es la imagen que recibe el visitante en pleno enero. Aunque también, impacta la desolación del paseo comercial cercano al portal de ingreso a las boleterías del cine. Persianas bajas, vidrieras revestidas con papel viejo y ni un alma en un paseo, que en su etapa de mayor esplendor invitaba a una cena suculenta o a un buen trago, incluso a los que no preferían ver la película y se conformaban con disfrutar del gentío. Aquella imagen quedó atrás, en una estrategia a nivel local que no le cierra ni a propios, ni a extraños, aunque si aparece redituable para la multinacional.

“Si tengo que hablarte con franqueza, no termino de comprender el plan de negocio que gestiona la cadena en Rosario. Si bien vemos que hay un público que elije venir a ver cine acá, es el mismo que se sorprende cuando ve todo los espacios cerrados alrededor del estacionamiento. Sinceramente no entiendo que es lo que quieren hacer”, le contó a punto biz un empleado del complejo que desde la apertura en 1998 trabaja en las instalaciones de la zona oeste.

La incertidumbre en torno al modelo de gestión que aplican los ejecutivos de Village Rosario, se profundiza solo con observar los planes de expansión de la cadena en el país. Sólo por mencionar un ejemplo, la filial Argentina hoy está levantado su segundo espacio multisala en Mendoza, esta vez en Maipú, donde planean hacer punta en el consumidor premuim, con auditorios que hasta tendrán butacas de cuero. Lo mismo ocurre con los multiplex de Caballito y Recoleta en la Capital Federal, que cobran una de las entradas más caras del mercado nacional.

En Rosario, a las claras se expone un formato diferente. Tickets más económicos que Showcase, la competencia directa, que le arrebató el primer lugar de la taquilla local apenas se inauguró, y una oferta que se limita prácticamente al cine, sumando escasas opciones comerciales que persisten en torno a contratos nacionales vigentes para todas las sucursales Village. “Tanto Burguer King, como Cúspide Libros y Dragon Bowling, están abiertos porque se basan en acuerdos a nivel país con la cadena. Las variantes en cambio, están cerradas hace unos 3 años”, reconoció el empleado, quién aclaró que el último negocio en irse fue Club Fellini.

“Yo se que hay ofertas de empresarios que quieren instalarse en los negocios que dan al parking, pero hay una decisión corporativa evidente que prefiere mantenerlos sin operar”, sumó el trabajador. Dicha impronta marca a las claras el criterio de la compañía, aplicado solo a Rosario y que busca que el complejo se use solo para ver películas. De hecho, los empleados hicieron hincapie en el marcado interés de un empresario de la noche, de montar una disco allí, pero que hasta ahora no consiguió alquilar ningún sitio en el perímetro.

Nuevo público, buenos números

Ahora bien, si hay algo que no se le puede discutir a Village Rosario, es el saldo operativo favorable. Pese a los vaivenes en la gestión, la filial local cerró un 2012, en segundo lugar en la venta de tickets con 830.000 cortados. Aunque la cifra quedó muy atrás del líder indiscutido que es Showcase -con 1.280.000 de entradas vendidas en el último año-, no parece para nada despreciable si se la compara con los perseguidores del tercer puesto para atrás. En el tercer lugar del ránking se ubico el Complejo Monumental con 410.000 tickets vendidos, Sunstar el otro gran multisala que sigue sin conquistar al rosarino en el cuarto puesto, solo con 343.000 entradas y Cines del Centro en Shopping del Siglo con 70.500 en quinto lugar.

Lo que si queda ratificado un año más es el perfil de cliente que llegó para quedarse a Village, y en la compañía lo saben aprovechar. “Obserbvamos que viene gente de clase media y media baja. Algo que no ocurría antes de instalarse el Showcase que nos sacó el público más pudiente. La única excepción es el habitante de Fisherton que por una cuestión de acceso nos sigue eligiendo para ver una película”, apuntó el empleado.

Al super no le va tan bien

Sobre el estacionamiento convive también una sucursal de Carrefour, que es el único emplazamiento que no es propiedad de Village. El supermercado que originalmente pertenecía a la cadena Norte, luego absorvida por la compañía francesa, permaneció varios años cerrado, hasta que hace un tiempo se decidió la reapertura. “A Carrefour tampoco le va tan bien en esta zona, habrá que ver hasta cuando aguanta”, se sinceró el trabajador que prefirió mantener su nombre en reserva.