Montó un aula en el frigorífico para que sus empleados terminen la escuela

El frigorífico Black Bamboo tiene base de operaciones en Hughes (Santa Fe) y un hito que hoy celebran quienes lo comandan es que los trabajadores podrán terminar el secundario dentro de sus instalaciones. De la plantilla original de 570 empleados, el 35% no completó los estudios y fue por ello que se delineó este ambicioso plan educativo, que tuvo entre sus artífices a Pablo Ray, gerente general de la firma. 

“Revisamos un poco cómo era la parte educativa del frigorífico y dónde estábamos parados y nos dimos cuenta de que mucha gente no había terminado el secundario. Empezamos a conversar con toda la comunidad educativa de Hughes y apareció un programa que el Ministerio tenía, que fue un programa puntual por la pandemia, y dije ‘ese es el programa que tenemos que instrumentar acá’. Para sorpresa nuestra a la parte educativa de la provincia le gustó muchísimo”, confió Ray.

Lo cierto es que previamente ya habían apostado por una escuela de oficios y este proyecto llega como corolario RSE. En total hubo unos 50 inscritos y el título tiene el mismo aval que el de un colegio tradicional, solo que se trata de un esquema acelerado con una cursada de dos horas diarias de lunes a viernes y que les permitirá alzar el certificado mientras trabajan. Se trata de “una extensión áulica” del Programa de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos del Ministerio provincial, que se puso en marcha el pasado 21 de abril con una ceremonia de inicio de ciclo lectivo que reunió a las familias en la planta de Black Bamboo.

Durante la primera etapa se anotaron unos 40 operarios para cursar 1°, 2° y 4° año y para el segundo cuatrimestre se sumarán otros 10 alumnos a 1°, 3° y 5°. La empresa, además, abonará a cada inscrito la mitad de las horas cursadas como horas extra a modo de incentivo adicional.

“Nosotros acondicionamos un aula bastante grande de forma tal que las maestras puedan disponer de todo el material, con proyectores y wifi, y un ambiente con buena ventilación. La verdad es que es un aula que funciona en el piso más alto de la empresa para generar el ambiente y la infraestructura necesaria en pos de promover el cursado”, sostuvo. Y destacó más que nada la labor de las docentes, quienes fueron sondeando uno por uno a los empleados para embarcarlos en el proyecto. “Son un ejemplo para otra gente porque estoy seguro de que después van a venir a anotarse muchos más”, se esperanzó Ray. 

La localidad cuenta con alrededor de 7.000 habitantes y Black Bamboo emplea a unos 600 operarios en total, lo que da cuenta del significativo peso que esta iniciativa tiene en la comunidad. Ray aclaró que se trata de un “logro conjunto” gracias a la acogida que encontraron en las autoridades educativas de la provincia, con las que vienen trabajando en forma sistemática e intercambiando ideas, pero también de los trabajadores que dejaron el pudor de lado para darse esta nueva oportunidad puertas adentro. 

Todas las actividades se completan durante el cursado para evitar la sobrecarga, cuestión que no es menor por las horas al día que trabajan. “Sabemos que terminan cansados, pero se planteó un esquema para que pudieran quedarse dos o tres horas más estudiando. No les damos tarea para después de clase, pero sí que la hagan durante el cursado para completar allí el aprendizaje”, puntualizó. Y sumó: “Este proyecto consiste en brindarles la posibilidad a nuestros empleados de finalizar sus estudios secundarios en nuestra planta y eso nos llena de orgullo porque sabemos del esfuerzo y sacrificio”.