Capacita jóvenes de sectores frágiles para su inclusión en el mercado IT

La génesis misma de Arbusta está marcada por su rol social. Desde que esta empresa vio luz en 2013 de la mano de Paula Cardenau, Emiliano Fazio y Federico Seineldin, revolucionó el sector tecnológico rompiendo el paradigma de la escasez de talento al emplear jóvenes de contextos socioeconómicos frágiles. “Lo que mostramos es que independientemente del lugar donde estemos, todos podemos tener potencial para hacer diferentes cosas. El potencial está en todos lados, solo que hay que saber darle una oportunidad”, dice Julieta Speranza, al frente de la Unidad de Negocios DevJump de Arbusta.

Los números son elocuentes: según un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, 1 de cada 4 jóvenes argentinos de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja. Y esa cifra se engrosa para América Latina. Es ahí donde Arbusta puso el ojo y toma relevancia la tarea de Speranza, que forma equipos IT a medida para otras organizaciones. 

“Incorporamos a nuestro perfil jóvenes de entre 18 y 28 años. Hablamos de personas que viven en barrios populares y que sus familias no registran un ingreso formal. Y el que no hayan terminado el secundario no es un impedimento para que entren a trabajar en Arbusta”, explica. Como se destaca en el libro La potencia del talento no mirado: la experiencia de Arbusta (2020), el equipo es su activo más poderoso para entender y atender las necesidades de los clientes, y creen en el trabajo como un espacio que permite descubrir y desarrollar los talentos, encontrar el propio poder y ampliar la autonomía.

En la actualidad, Arbusta cuenta con una plantilla de más de 450 personas entre las sedes de Rosario, Buenos Aires, Medellín y Montevideo -opera en tres países-, y el equipo está conformado en un 90% por jóvenes millennials y centennials que no tenían experiencia previa ni formación en la industria IT. Lo que hacen desde la división DevJump es capacitar talento para crear luego grupos de trabajo que se ajusten a las necesidades de los clientes y puedan integrarse satisfactoriamente a sus empresas. 

Para conectar con ese talento, Arbusta se asocia con distintas ONG’s aunque las redes sociales y el boca a boca son herramientas muy útiles. “El proceso es largo, tiene distintas etapas porque lo que tratamos de identificar es para cuál de los proyectos que tenemos esa persona haría match. El objetivo es identificar las fortalezas, si tiene un perfil más para lógica o para diseño. Nosotros como manager de los equipos decimos que necesitamos sumar tantas personas para tal proyecto, entonces el equipo de selección ya tiene identificado el perfil. Hacemos la entrevista y ahí definimos”, repasa Speranza.

Speranza y su equipo se convirtieron en una especie de puente para que muchos jóvenes tuvieran -y tengan- la posibilidad de incorporarse a la vida laboral. Capacitan en testing de calidad de software, transcripción de audios, manejo de redes sociales, subtitulado de videos, digitalización de documentos y data entry. Y para este año están pensando en entrenar equipos de programadores. “No era un servicio ni un nicho que nosotros trabajáramos, pero Arbusta es muy bueno develando el potencial y entrenando a equipos, y hoy en el mercado tecnológico todo lo tiene que ver con programación tiene mucha demanda de trabajo y es muy difícil llenar”, sintetiza.