¡Aprende a transformar una idea en un proyecto!

Muchas veces la vorágine con la que nos manejamos hoy en día nos impide pensar en nuevos proyectos. Grandes ideas que se les ocurren a los grupos de trabajo suelen quedar en la nada por no saber cómo darles forma y llevarlas a la práctica. Por eso es imprescindible tomar nota y seguir algunos pasos que nos permitirán transformar una idea en un proyecto. 

Los primeros pasos: organización y planificación

Lo importante a la hora de pensar en consolidar un proyecto es tener muy en clara la idea, organizarla y clasificarla. Para esto existen herramientas digitales que nos serán de mucha utilidad. La plantilla plan de negocios es una de las más simples y completas. Esta herramienta es muy útil para organizar y delinear un proyecto partiendo de la idea primaria.

La plantilla de plan de negocios es un marco ya preparado que describe los aspectos centrales de un plan de negocios. Es muy importante para organizar y detallar componentes claves, proporcionando una imagen clara de lo que el negocio pretende lograr.

Una vez diseñada la plantilla lo que sigue es comenzar a darle el valor real a la idea inicial. Esa es tal vez sea la primera y más difícil pregunta: ¿Es buena mi idea? Para poder llegar a la respuesta es necesario hacer un pequeño análisis de mercado y para eso recurriremos a lo que se denomina DAFO: debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.

Es que transformar una idea en un proyecto resulta ser una experiencia excitante y, al mismo tiempo, da mucho vértigo. Aparecen muchas dudas y preguntas: ¿Cuánto me va a costar? ¿Cómo voy a hacerlo exactamente? ¿Dónde lo voy a hacer? Para ayudarte en esa resolución hay algunos pasos a seguir…

Cómo transformar una idea en un proyecto

El objetivo de todos los equipos de trabajo es similar: trazar metas, organizarse y apuntar a cumplir todos los objetivos. Para eso se debe analizar la realidad de su empresa, marca o producto para poder tomar decisiones de futuro. 

Este análisis debe dividirse en dos partes: por un lado el análisis interno: Fortalezas y Debilidades. Acá se realiza una fotografía de la situación de la empresa o proyecto empresarial considerando sus mejores virtudes y sus posibles defectos. Por el otro lado está el análisis externo: Amenazas y Oportunidades. Si bien son externas, deben valorarse para aprovechar las oportunidades y atacar las amenazas.

Una vez identificadas las debilidades y fortalezas, para transformar una idea en un proyecto,  es necesario escribir sobre el papel qué es lo que se tiene para ofrecer a los clientes. Ahí hay que ser directo y concreto. Esto te ayudará a convencer a quienes necesitas para desarrollarlo y también te será muy útil para ahorrar tiempo.

Transformar una idea en un proyecto: 3 pasos indispensables

1-Da forma a tu modelo de negocio

Es importante saber hacia dónde apuntamos con nuestra idea y a quiénes irá dirigido el proyecto final que vamos a hacer. Para eso hay que responder preguntas de cuestionarios que están escritas en muchas herramientas digitales. Las respuestas deben ser breves y concretas y a modo de ejemplo se pueden encontrar: 

¿A qué segmento de mercado (clientes) te diriges? ¿Cómo va a ser tu relación con ellos? ¿Qué propuesta de valor les ofreces? ¿Cuáles son las actividades más importantes para que la empresa pueda llevar a cabo correctamente su propuesta de valor? ¿Qué canales conectan la empresa y su propuesta de valor con los clientes? ¿Qué recursos y alianzas (socios) necesitas? ¿Cuáles son tus líneas de ingresos y cuál tu estructura de costos?

2-Valida tu idea de negocio

Ya con la idea bien clara, con los objetivos trazados y con las ventajas y adversidades entendidas, entonces se acerca el momento de comenzar la producción. Pero antes es importante que le puedas comentar tu idea a los potenciales clientes, amigos o algún experto del sector y con otros emprendedores. 

Este paso previo puede ser fundamental y ayudarnos a corregir el rumbo. Escúchalos, recoge sus impresiones negativas y positivas y al final de todas las conversaciones a modo resumen intenta ver si el concepto de tu negocio es claro o genera confusión.

3-Crea un Mínimo Producto Viable

El Producto Mínimo Viable (MPV) es un prototipo de tu producto que tiene las funcionalidades mínimas para poder presentarlo a tus clientes y verificar si les interesa. Este primer paso es importante ya que le va a permitir a la empresa recolectar la mayor cantidad de información para así mejorar el producto lo antes posible, con el fin de lanzarlo a un público más amplio.

Para llevarlo a la práctica la mejor manera es crear una sencilla web donde explicar qué vas a ofrecer y comprobar si hay gente interesada. Se puede dejar un formulario donde los usuarios podrán ingresar su email y de esa manera se podrá generar un ida y vuelta lo que permitirá acomodar el proyecto a las necesidades de los clientes y reducir de esta manera el margen de error. 

Otras herramientas del MPV para transformar una idea en un proyecto son:

-Pruebas A/B te ayudarán a elegir las características de tu producto para que funcionen mejor.

-Entrevistas a clientes donde te den información cualitativa valiosa.

-Videos explicativos donde muestres tu producto.

Queda claro: poder transformar una idea en un proyecto no es una tarea sencilla pero sí muy importante. Es que desde una gran idea depende el futuro de una empresa y por eso es muy importante conocer los caminos y las herramientas para que esa concreción sea efectiva.