Viñedo a minutos de Rosario se salvó del fuego y descorchó la primera cata

“Decí que había gente en el campo, estuvieron muy ágiles para hacer un contrafuego y salvar los espaldares”. Así resume el productor agropecuario Pablo Drovetta lo ocurrido hace apenas una semana en la zona rural de Serodino, donde junto a su familia fundaron el segundo viñedo santafesino que este año dio la primera cosecha.

El problema que sufrieron los Drovetta no escapa a las generalidades del sector agropecuario que registró en diferentes zonas del país varios focos de incendio de pastizales que alcanzaron zonas productivas. El fenómeno se manifiesta en un contexto de sequía extrema combinado por fuertes ráfagas. En el caso de las llamas que cercaron la plantación de vid, se trató de un incendio que se originó a varios metros del lugar, pero que producto del viento en poco tiempo estaba a los pies de las plantaciones.

“El rápido accionar del personal que además trabajó con el disco de arado fue clave para evitar que las llamas ingresaran al establecimiento”, destacó el productor devenido en viñatero. En las redes, el hombre además de agradecer a todos los que se movieron para colaborar, mostró lo cerca que estuvo el incendio de alcanzar las uvas.

Fue en octubre de 2020 cuando de la mano de Punto biz presentaban en sociedad el nuevo establecimiento y aseguraban que reciben en 3 años iban a lograr tener el volumen suficiente de uvas como para abrochar la primera producción de vino.

Lo cierto es que los cálculos se adelantaron. “El pasado 10 de septiembre organizamos el primer evento en el mismo viñedo donde descorchamos el stock inicial de botellas de los dos varietales que producimos acá. Fue un evento que comenzó pasadas las 16 con DJ en vivo y algunos bocados para maridar con las etiquetas de Familia Drovetta”, precisó el emprendedor sobre la actividad en la que se probaron los vinos marca "Atrevido".

Vale aclarar que los Drovetta hacen culto a las producciones alternativas. Primero alquilaron un lote en Timbúes frente al río e invirtieron para plantar arándanos, hecho que insumió una costosa obra de riego por goteo que les sirvió ahora para pasarse a la vid. Los arándanos tuvieron que levantarse en 2004, cuando Dreyfus compró el lote que la familia arrendaba.

El tiempo pasó y ficharon la superficie de Serodino donde finalmente montaron Familia Drovetta. “El balance de la primera actividad fue muy positivo. Menos mal que el destino no quiso que perdamos todo a manos de fuego”, se sincera.