Por baja demanda a fábrica le sobra planta y su personal hace tareas de pintura

El cimbronazo que significó la sequía en empresas que habían remontado en producción inmediatamente después de la pandemia se siente aún más en localidades pequeñas. Así ocurre en San Vicente, departamento Castellanos, que durante décadas vivió al calor de Bernardin, una firma que décadas atrás era un emblema de la cosechadora argentina y que hoy sobrevive en base a la fabricación de otros implementos para el agro. Con bajo nivel de demanda, la compañía insta a su personal a realizar tareas de mantenimiento de la planta como paliativo ante la escasa actividad.

Si bien desde 2019 había viento de cola para Alfaterra, la sociedad que desde 2014 controla a Agroindustrial San Vicente SA histórica firma que dio vida a Bernardin, aquél crecimiento que había sido del 250% en término de demanda es cosa del pasado. La decisión de los productores de postergar encargues de equipamiento para el campo hasta que el panorama se acomode tras el paso de la sequía jugó fuerte para que hoy la planta está casi parada.

“Si bien queremos remarcar que no estamos implementando suspensiones ni nada por el estilo, el personal está colaborando fuerte en el mantenimiento de la fábrica, desde tareas de pintura a la reparación de techos, pasando por el reordenamiento de todo el equipamiento de la planta”, mencionó Adrián Hang, gerente comercial de Agroindustrial San Vicente, en contacto con Punto biz.

De todas maneras, la merma en el flujo de producción no penaliza que se innove en nuevos desarrollos. “La inversión de utilidades se está volcando a temas puntuales y en eso está el diseño de equipos nuevos, pero la impronta es la de cuidar los desembolsos para tirar en el día a día. En esa línea contamos con el apoyo de todos los trabajos ligados a la firma”, mencionó Hang.

El plan B continúa con otra dinámica: “El emporio Bernardin ligado a los dueños originales está plasmado en cuatros plantas que alcanzan los 20.000 m2, de esas estructuras, solo usamos una mínima superficie. El resto está alquilado, desde un galpón para almacenar equipos de trilla, un depósito de insumo veterinario y hasta una mega gomería son parte de los emprendimientos que se hicieron dentro de las distintas naves”, acotó.

Lo cierto es que al margen del magro nivel de productividad, la firma busca ampliar los bienes de capital. “Estamos poniendo a punto una cabina de pintura que excepto por algunos repuestos que fueron adquiridos nuevos, está en óptimas condiciones de cuando la fábrica hacia cosechadoras, se trata de un avance que nos posibilita evitar tercerizar la tarea de pintura de los productos que hacemos hoy”, puntualizó Hang.

Agroindustrial San Vicente se fundó en 1925 y fue de las pioneras en fabricar herramientas para el campo en toda América del Sur. El caso contribuyó a poblar la localidad que sufrió cuando el negocio de las cosechadoras se cayó. El holding Alfaterra se hizo cargo de la sociedad en 2014 y desde entonces produce pulverizadoras, fertilizadoras, secadoras de cereal y procesadoras de forrajes, entre otros implementos.