Perotti pateó el tablero y Javkin abrió la tranquera

Apenas un puñado de senadores y diputados leales con los cuales no llegaba a la decena sobre 69 integrantes de la Asamblea Legislativa. Ese era el apoyo con el que contaba Omar Perotti para aprobar los pliegos en los que pensó inicialmente para fiscales y defensores generales. Esa debilidad de origen llevó al gobernador a patear el tablero y enviar a la Legislatura una propuesta que sorprendió a propios y extraños para los cargos más relevantes que se renuevan el mes próximo del sistema procesal penal santafesino. Un volantazo que le garantiza apoyo político transversal entre las diferentes bancadas. Y el malestar explícito de parte del círculo rojo provincial y la corporación judicial.

Una imagen vale más que mil palabras. Pero si a la foto se le suma un texto contundente, la incomodidad para la política puede ser mayúscula. Eso fue lo que generó en la Intendencia el posteo del concejal Juan Monteverde con el secretario de Salud, Leonardo Caruana, donde se cuestionaba la recepción con honores de Mauricio Macri en el Palacio de los Leones, corriendo por izquierda al intendente. Pablo Javkin respiró hondo, sostuvo al funcionario díscolo y dio señales de apertura que también cotizan en alza en parte de su electorado.

La semana corta que pasó mostró al gobernador y al intendente tomando decisiones con un ojo en el calendario electoral cada vez más cercano. Ese condicionante explica las razones por las cuales resignaron algo de autoridad y se alejaron del manual de ejercicio vertical del poder.

Perotti debía resolver esta semana uno de los temas clave del último tramo de su gestión al frente de la gobernación: las propuestas para las jefaturas de fiscalías y defensorías penales en tiempos de aceleración de la violencia y narcocriminalidad.

El Consejo de la Magistratura le había remitido unas ternas que presagiaban una derrota política en la Asamblea Legislativa si se respetaba el orden de mérito. Parte del gabinete le había sugerido al gobernador que se remitiera a ese criterio para fundar su propuesta. Era además una concesión hacia parte del círculo rojo santafesino y en especial a la corporación judicial si se proponía como jefe de los fiscales al camarista capitalino Roberto Prieu Mántaras.

Las fuertes críticas que se alzaron contra este magistrado por la falta de perspectiva de género en algunos fallos y en especial su actuación en el expediente que juzgó por abusos al ex arzobispo de Santa Fe, Edgardo Gabriel Storni, no pasaron desapercibidas en los pasillos de la Casa Gris.

Perotti ordenó contar los votos que tenía ese pliego. El poroteo no superaba la decena sobre 69 miembros de la Asamblea Legislativa donde confluyen los 50 diputados y 19 senadores provinciales. La única opción que quedaba era dilatar el debate y apelar a la aprobación ficta del pliego o enfrentar el rechazo y dejar a los órganos de persecución del delito acéfalos. 

Ese escenario tan adverso llevó al gobernador a dar el volantazo. Y sobre la hora envió a la Legislatura la nominación de la rosarina María Cecilia Vranicich para la fiscalía general y propuso a María Eugenia Iribarren para la jefatura de la regional Rosario. Así, se aseguró una votación favorable y aire político para los últimos nueve meses de gestión.

“Mientras Macri era recibido con honores en la Municipalidad, quienes queremos otra cosa para Rosario nos juntamos a imaginar un futuro que nos saque de la violencia y renueve la esperanza. Para eso necesitamos de todos, coincidiendo con quienes hasta hoy transitamos caminos distintos”, posteó en sus redes sociales Juan Monteverde.

El mensaje que subió el concejal de Ciudad Futura graficó la imagen junto al secretario de Salud, el socialista Leonardo Caruana. Visibilizó el malestar de una parte minoritaria del PS con el PRO que selló la mayoría del partido y el espacio del intendente. Foto y texto que hicieron mucho ruido en el Palacio de los Leones. "Hace 30 años que trabajo en salud pública basada en derechos y alejada de políticas neoliberales”, argumentó Caruana, para después aclarar que no tenía definido su futuro político, pero sí algo claro: su decisión de no integrar el Frente de frentes opositor con el macrismo.

“Los miembros de nuestro gabinete tienen que cumplir tres condiciones: honestidad, idoneidad y trabajo sin descanso. En la Argentina de hoy, la pluralidad no es un problema, es una necesidad”, posteó Javkin. Enigmático para los alejados de la rosca, pero preciso para los que observan con interés la política local.

A menos de dos meses del cierre de listas para los cargos en disputa en la provincia, Perotti y Javkin admitieron en los hechos que a nadie le sobra capital político. Y que el pragmatismo debidamente argumentado permite convertir un escenario adverso en una oportunidad.