Firma bio logró patente en Estados Unidos y gana escala internacional

La empresa biotecnológica Biosynáptica, especializada en el desarrollo de soluciones biofarmacéuticas para enfermedades neurodegenerativas y de la retina, acaba de obtener una de las aprobaciones más estratégicas de su corta pero ambiciosa historia: la concesión de una patente en Estados Unidos para su biomolécula en investigación. Se trata de un paso fundamental no sólo para afianzar su proyecto científico, sino también para impulsar el acceso a nuevas rondas de financiamiento internacional.

El hito se enmarca dentro de una estrategia de expansión global en materia de propiedad intelectual que Biosynáptica diseñó desde su fundación. La nueva patente en Estados Unidos se suma a las ya obtenidas en Israel —uno de los polos mundiales de innovación en biotecnología— y en Rusia, consolidando la presencia de la compañía en mercados claves. Próximamente, esperan sumar aprobaciones también en Japón y Europa, donde los trámites se encuentran en etapas avanzadas.

"Desde el inicio sabíamos que proteger la propiedad intelectual era esencial. Empezamos con una solicitud en Argentina para establecer fecha de prioridad, y luego extendimos la estrategia a distintos países", explicó Matías Depetris, uno de los socios fundadores de Biosynáptica, en diálogo con Punto biz. “Conseguir la patente en Estados Unidos era una de nuestras grandes metas, porque es el mercado más importante para los biofármacos y porque sin propiedad intelectual allí es prácticamente imposible acceder a inversiones de riesgo”, agregó.

Estados Unidos representa cerca del 40% del mercado global de biofarmacéuticos, y en particular concentra una proporción significativa de los pacientes afectados por enfermedades de retina y neurodegenerativas, que son los focos de investigación de Biosynáptica. En ese contexto, contar con la protección de una patente en ese territorio no solo abre la posibilidad de comercializar futuros productos, sino que además es condición indispensable para acceder a rondas de inversión y financiamiento.

"Para nosotros, tener la patente en Estados Unidos es una condición necesaria, aunque no suficiente, para negociar fondeo. Sin patente, directamente no te consideran", remarcó Depetris. “Cuando uno habla con fondos de inversión norteamericanos o internacionales, la primera pregunta es siempre sobre cómo está la protección en Estados Unidos”, planteó.

El patentamiento conseguido protege la biomolécula que es el eje central del biofármaco que está en etapa de desarrollo. Según explicaron desde la empresa, no se trata aún de un medicamento final, sino del principio activo que, tras los procesos de validación clínica, podrá ser utilizado en tratamientos terapéuticos.
Biosynáptica centra actualmente su investigación en enfermedades degenerativas de la retina, una especialización que les permite no solo avanzar en soluciones médicas de alto impacto, sino también estructurar una estrategia regulatoria más ágil.

Uno de los modelos en los que trabajan es el de la retinitis pigmentosa, una enfermedad rara caracterizada por la degeneración progresiva de las células de la retina. “Las enfermedades raras tienen la ventaja de que, si bien afectan a un número limitado de pacientes, las agencias regulatorias como la FDA ofrecen mecanismos más rápidos para la aprobación de tratamientos”, explicó Depetris. “Eso nos permite acelerar los tiempos de desarrollo y validación, con la posibilidad de luego expandir la aplicación de la tecnología a patologías de mayor volumen de pacientes”.

Además de sus avances en patologías de la retina, Biosynáptica mantiene abierta la posibilidad de extender su tecnología hacia enfermedades neurodegenerativas de mayor escala, como el Alzheimer o el Parkinson. Sin embargo, tal como aclararon desde la empresa, cualquier expansión en ese sentido requeriría nuevos acuerdos de fondeo y licenciamiento.

Biosynáptica mantiene abierta una ronda de financiamiento de u$s3 M que fue lanzada en 2023, y que aún no ha sido cerrada debido a las difíciles condiciones del mercado de capital de riesgo a nivel global.

"El fundraising está complicado en todas partes, no solo en Argentina. Después del boom de inversiones post pandemia en 2020-2021, hubo una caída fuerte. Hoy los fondos son mucho más conservadores, y las startups, incluso en biotecnología, están enfrentando procesos de inversión más lentos y exigentes", describió Depetris.

A pesar de las dificultades, la empresa ha logrado sostener el avance de su investigación mediante fondos parciales y alianzas estratégicas, lo que les permitió no solo obtener patentes sino también robustecer su portafolio de resultados en modelos animales para diferentes enfermedades.

Con base operativa en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y presencia en el Parque Tecnológico Litoral Centro (PTLC), Biosynáptica ha optado por un modelo de negocio centrado en el licenciamiento de tecnologías, en lugar de avanzar en la producción a gran escala de medicamentos.

“Nuestro plan de negocios siempre fue claro: madurar lo máximo posible nuestra tecnología y licenciarla. La producción masiva requiere inversiones gigantescas, y nosotros apostamos a que grandes farmacéuticas tomen la posta cuando lleguemos a ensayos clínicos avanzados”, sostuvo Depetris.

La empresa combina la investigación propia con alianzas con terceros para la realización de ensayos preclínicos, lo que le permite optimizar costos y enfocarse en su núcleo de innovación.

De cara al futuro, Biosynáptica proyecta instalar una base en Estados Unidos, donde esperan consolidar su presencia comercial y científica, y establecer vínculos directos con fondos de inversión y potenciales socios estratégicos. "Estamos en carrera, con muy buenos resultados científicos, una estrategia de propiedad intelectual sólida, y mucha convicción sobre el valor de lo que estamos construyendo", concluyó Depetris.