Es rosarino y abrió el primer restaurante de milanesas de Madrid

“Hicimos una gira por Europa en los ‘80 con Renato Cesarini y después me quedé. Pero no creo que el fútbol haya perdido ninguna estrella”. Del otro lado del teléfono bromea Juan Gudiño, el rosarino que la está rompiendo en Madrid con el primer restó de milanesas. Milanesa Social Club abrió hace poco más de un año en un lugar estratégico, cerca de la céntrica Plaza de Colón. Antes había probado suerte con Santa Fe, otro emprendimiento gastronómico, pero la pandemia lo obligó a reinventarse en el rubro. Arrancó con delivery, remó en “dulce de leche” y hoy la cuenta con optimismo. 

Hace más de 40 años que Gudiño dejó Rosario, pero respira argentinidad. Actualmente, Milanesa Social Club coexiste con Santa Fe y el menú incluye también empanadas, chorizo criollo y hasta chocotorta. De hecho, surgió con idea de “club”. Se sintonizan canales de televisión argentinos, se mira fútbol local y de fondo suenan bandas de pop y rock bien nuestras. 

“Nos iba muy bien con Santa Fe, pero la pandemia nos golpeó como a la mayoría. Habíamos abierto hacía más o menos 7 años. Ahora los dos espacios funcionan juntos, aunque la realidad es que Milanesa Social Club de a poco se está comiendo a Santa Fe”, confiesa Gudiño a Punto biz. Habla en plural porque su esposa, María Castilla, está también detrás de Milanesa Social Club. Ella es madrileña, pero con una historia particular. Su abuelo nació en Argentina y en la década del ‘30 -contrario al movimiento migratorio de aquellos años- decidió radicarse en España. La cocina argentina nunca le fue ajena.  

Gudiño ya estaba curtido. En Madrid hizo carrera en varios restaurantes, pero decidió jugársela y salir a la cancha con local propio. El plus: hacer la diferencia con la gastronomía local. Si bien en la carta hay comida española, el fuerte viene por el lado de la milanesa. No es un plato tan difundido por aquellas latitudes como el asado o las empanadas, y resulta casi imposible resistirse. “Es difícil invitar a alguien con una milanesa y que te diga que no”, refiere. Se confiesa fanático de la milanesa y en el bar hay opciones también para veganos y celíacos. Cuestan entre 16 y 38 euros -sola o para compartir- y hay por lo menos 10 variedades. ¿Las que pican en punta? Napolitana y la “milanesa del club”, con jamón y huevo frito. 

Si bien el emprendimiento es joven, sobrevuela la idea de abrir nuevos locales en Madrid y en otras ciudades españolas. “Muchos de los que vienen no conocen la milanesa. La vinculan con el cachopo (carne apanada) español. Les decimos que es ‘es distinta, pero igual de rica’, así no peleamos”, confiesa. La administración de Milanesa Social Club corre por cuenta de ambos: Juan se encarga de la cocina y María del salón. Y es que la historia comenzó en un bar y no podía terminar de otra forma. Se conocieron cuando él trabajaba en una pizzería y ella fue a comer. Se enamoraron, a principios de los ‘90 se casaron y hoy tienen dos hijos. No cortó el lazo con España. Y con Argentina tampoco.