Amasó un negocio de comida al paso con sabor italiano

El paladar argentino tiene mucho de Italia y eso se refleja en la mesa. Bares, restó y bodegones locales que ofrecen lo mejor de su gastronomía, sobre todo pasta y pizza. Pero hay otra pata bien tana que hasta ahora no venía siendo muy explotada y que encontró un hueco para colarse entre la oferta rosarina. Se trata de la focaccia, una especie de pan plano cubierto con hierbas que es considerado una de las delicias de la región de Liguria. 

Este lunes cortó cintas La Focacceria, un reducto que le hace honor al nombre y seduce al cliente con este manjar importado. El local está ubicado en Mendoza y Juan Manuel de Rosas y, aunque en dimensiones es pequeño, la elección fue estratégica por el movimiento que hay en la zona.  

“Arranqué en la cuarentena a hacer focaccia y a fines del año pasado empezó a tomar forma la idea de abrir un local”, le contó a Punto biz Julián Marzano, chef de profesión y quien está al frente del negocio. Si bien es un formato más al paso, la propuesta se completa con sandwichería, cerveza artesanal y vermú. Hay barra, banquetas y el espacio justo para desacelerar y combinar todos estos sabores. “La vereda es ancha y podrían entrar dos o tres mesitas, pero para eso necesitamos habilitación”, refirió, con la intención de sumar más metros cuadrados. 

Previo a salir al ruedo con La Focacceria, Marzano había emprendido con un amigo y el proceso lógico decantó en el punto de venta propio. “Me inspiré en un local de La Plata, aunque creo que en Rosario no hay una propuesta así y en Argentina muy poco”, confió. Busca hacer punta en la ciudad con una producción que pasa enteramente por sus manos y en un ambiente más que pintoresco. Todo lo hace él, un poco con ayuda de su familia, y a veces el horario de apertura depende del stock: “Estamos de lunes a sábados de 12 a 20 o hasta agotar la producción del día”. 

Si bien Marzano tiene ascendencia italiana, eso no influyó en el negocio. En pandemia comenzó a elaborar estos panes, tuvieron buena recepción y se la jugó. “La focaccia se vende por porciones con diferentes cosas arriba como tomate, cebolla o queso, y a esas mismas porciones podés abrirlas al medio y ponerles fiambre. Después vendemos sandwiches con una focaccia que es original, sin hierbas”, repasó sobre el menú. Aparte de la cerveza artesanal Isadora, el vermú es otro infaltable del catálogo, con dos marcas: Amargo Obrero y Charla, de sello rosarino.