“La inteligencia artificial marcará un quiebre, igual que lo hizo internet"

Punto biz festejó sus primeros 20 años con la realización de un documental, dirigido por el reconocido Héctor “Nene” Molina, que repasa en relatos la experiencia de 20 empresarios y emprendedores que marcaron el rumbo de los negocios en estas dos décadas. En esta oportunidad, Alejandro Larosa, CEO de FyO cuenta cómo proyecta crear nuevos negocios con base en Argentina y Brasil y operaciones en toda Sudamérica. Mirá el video.

“FyO nació en la época de la Internet 1.0, cuando el mundo todavía era analógico: no existían ni Google ni las redes sociales ni los smartphones”, aclaró Alejandro Larosa. Crearon la startup en el 2000, cuando se juntaron con un amigo para capitalizar lo aprendido y los contactos que habían hecho trabajando para la Bolsa de Comercio de Rosario y el mercado de futuros. Fue la primera empresa de internet para el agro; un modelo 100% digital y orientado al mercado de habla hispana. A un año de lanzada, FyO enfrentó el estallido de la “burbuja puntocom” (como se llamó a la repentina valorización que tuvieron las acciones de las empresas de internet entre el 97 y el 2001, que terminó en la quiebra de muchas de ellas).

También salió airosa de las posteriores crisis macroeconómicas, nacionales y globales. Hoy Larosa dirige tres compañías: FyO, Agrofy y Amauta, que tienen base en Rosario, pero operan en el mundo. Amauta extiende su radio de acción a cinco países de Sudamérica. La empresa está dedicada a diseñar soluciones y estrategias para aumentar el rinde por hectárea y provocar un menor impacto ecológico. Utilizan herramientas como la nutrición vegetal y tecnologías que reducen el uso de agua, mejoran la performance de los suelos e incrementan la sustentabilidad del planteo productivo. Agrofy, que surgió en 2016, es “el marketplace líder del agro en Latinoamérica”, un ecosistema de soluciones para que las empresas del agro le vendan a los productores a través de internet, según la definición del propio Larosa. 

El despertar del emprendedor

A sus 23, Larosa trabajaba en la BCR armando programas de capacitación, conferencias y cursos sobre el funcionamiento de los mercados dirigidos a empresas, corredores, acopios y cooperativas. Recuerda a la institución como una gran escuela que le abrió la puerta al mundo de la comercialización de granos, futuros y opciones y admite que la cantidad de contactos y conocimiento que acumuló en aquel contexto y en poco tiempo posibilitó lo que vendría después, pero sabe que el gen emprendedor siempre estuvo latente.

“Cuando empezamos con FyO nos prestaron un espacio en una oficina, contratamos part-time a dos chicos que conocíamos de la Bolsa y así arrancamos, trabajando sobre un tablón que usaba para comer asado en mi casa”, rememoró Larosa. Y aunque hoy es un empresario, nunca se alejó del emprendedurismo: fomenta ese espíritu desde la presidencia de Endeavor Argentina, la mayor red de emprendedores, que capitanea desde sus oficinas de Rosario. Incluso se capacitó en ese metiér: además de estar recibido de contador (UNR) y tener un MBA en el IAE Business School, acumuló certificaciones en Escala Emprendedora de la Escuela de Negocios de Harvard y completó el programa global de liderazgo de Endeavor, en Stanford.

Sobre los pro y contras de montar un emprendimiento en nuestro país, opinó: “Los argentinos tenemos cierta facilidad para adaptarnos a trabajar en otros mercados porque hacer negocios en nuestro país implica estar todo el tiempo acomodándose a los cambios de reglas y a la inestabilidad y uno desarrolla una elasticidad que como emprendedor se capitaliza, pero hay otras cosas que tenemos en contra; por ejemplo, hoy es muy difícil levantar capital privado en Argentina. Para lograrlo, hay que tener un modelo de negocios global”. IA, el quiebre que viene Cuando arrancaron con FyO, reconoce Larosa, su socio y él eran muy entusiastas y fanáticos de internet.

“En ese momento sabíamos que no nos estábamos equivocando, que internet iba a cambiar nuestra vida, que habría un antes y un después. Ahora pensamos lo mismo respecto de la inteligencia artificial, creemos que provocará una disrupción tan grande que marcará un antes y un después”, vaticinó. Larosa sostiene que, excepto quienes tienen trabajos manuales, el resto de los trabajadores se apoyarán en la IA. “Nos vamos a acostumbrar al uso constante, asi como la mayaoría de los trabajadores usan internet para trabajar”, augura.