Tendrá nueva cara una de las últimas grandes tiendas del centro

“Es un negocio que siempre está impecable. Lógicamente se va haciendo todo por partes y ahora le tocó al frente”, dice José Jaef a Punto biz, mientras mira los andamios que tapan parte del gran ventanal que da a calle San Martín. Es que este restyling de la emblemática sedería Eiffel tiene una doble finalidad: por un lado, ser fieles al precepto de mantener reluciente el edificio y, por otro, “porque es un compromiso con la ciudad y para contribuir con el desarrollo de las peatonales”. Plantada desde 1948 en el cruce de Córdoba y San Martín, es -quizá- junto a La Favorita una de las paradas obligadas para la foto, con su inconfundible torre parisina en la planta alta envuelta de ornamentos de época. 

Ya una marca registrada y guiño para la capital de la moda. Y hasta vanguardista para un momento histórico en que era poco frecuente que las grandes tiendas adoptaran nombres de fantasía. Lo cierto es que con esta obra se busca poner en valor al histórico edificio y aunque requerirá de ajustes menores y pintura, es un hecho que conservará la figura en lo alto. “La gente viene permanentemente a sacarse fotos con el cartel, a lo mejor porque su abuela se había comprado acá el vestido de novia o su mamá el de 15”, cuenta como anécdota. 

Con más de siete décadas en el ruedo, Eiffel ahora está comandada por la segunda generación: José y Salvador Jaef. Por supuesto que sobrellevar una tienda de semejante envergadura no fue fácil. Los avatares de la economía doméstica obligaron a pegar varios volantazos y lo que había nacido en los años ‘40 como una boca minorista hoy distribuye a todo el país. Tienen diseñadores propios y con la pandemia se fortalecieron abasteciendo de telas al rubro hospitalario para la confección de barbijos y sábanas. “Nos fuimos aggiornando a las diferentes situaciones que íbamos viviendo”, recuerda Salvador. Y es que cuando una parte dejó de traccionar porque no había fiestas, la otra fue in crescendo y supieron capitalizarla. 

“Trasladarse a este edificio fue una movida grande para la época. Previo a la mudanza, mi papá y sus hermanos tenían una tienda por San Luis y Entre Ríos que se llamaba Radar. Hasta los ‘80 había como 20 sederías en este corredor, aunque más pequeñas, y ahora solo queda esta. Por eso decimos que desde el principio fue un negocio de renombre”, confían los hermanos. El mote y la torre son todo un símbolo y han logrado trascender las generaciones pese a la “primitiva política de marketing de los años ‘40”. 

De hecho, José y Salvador admiten que hubo algunas propuestas para poner carteles electrónicos, pero no prosperaron “porque es emblemática la torre”. El 2022 los encuentra, aparte de esta casa central, con otros dos centros de distribución: uno por San Luis al 1800 (Peltre) y otro San Martín al 3500 (Eiffel). Este último es el corazón de la empresa, desde donde se organiza toda la logística y distribución. Aunque las oficinas administrativas funcionan en la planta alta del edificio de Córdoba y San Martín. “La dedicación full time, el compromiso hacia el trabajo e ir aggiornándose nos permitió seguir en pie”, sintetiza José. Hoy ya con un negocio consolidado, diversificado en cuanto a producto (telas de decoración, deportivas, moda, fiesta, de punto) y con anclaje nacional.