Le meten fichas al agro y levantan una planta exclusiva para fertilizantes

En la década del ‘90, Rubén Wörh desarrolló un detergente como parte de un proyecto para una materia escolar. En entonces no podía prever el impacto que tendría en su familia y para la localidad de Esperanza, donde hoy Compañía Wörh Química levanta su quinta planta, ya como referente de la industria química (ligada, entre otros rubros, al agro). 

Tiene superficie distribuida por Gonella 2310, Av. Argentina 281 y Paso Vinal 981. Y ahora sumarán 2.000 m2 más (a las 4.000 m2 ya construidos) en el Parque Industrial Esperanza, que serán exclusivos para fabricar coadyuvantes y fertilizantes granulados. Si bien en el terreno ya tenían montado un depósito de 1.000 m2, esperaban habilitación para arrancar con las obras de la nueva nave industrial. Entre equipos y demás aparatos especializados llevan invertidos unos u$s200.000. 

Hablar de tiempos, para Ana Lía Quaino -quien capitanea la empresa junto a su esposo Rubén- es aún precipitado. “Es muy difícil proyectar final de obra cuando los recursos son propios porque lo que se genera en la industria se vuelve a reinvertir”, precisó en contacto con Punto biz. Los productos de Wörh Química actualmente se venden en Argentina y Paraguay, país vecino al que exportan hace tres años y donde tienen montada oficina comercial y depósito. 

En Wöhr Química elaboran soluciones para el agro, para tratamiento de superficies metálicas, una amplia gama de limpiadores, desinfectantes y lubricantes para la industria alimentaria y tambos, y una línea completa de domisanitarios y de cosmética vehicular. También solventes no derivados del petróleo y materias primas utilizadas en la elaboración de saborizantes y aromas. Y el negocio se apoya principalmente en una red de venta que alcanza toda Argentina con representantes y distribuidores exclusivos, asociaciones y venta directa de acuerdo a cada unidad. 

Trabajan en el lugar unas 30 personas (también forman parte del equipo los hijos del matrimonio), y la idea es sumar más personal cuando la nueva planta esté operativa. “Es nuestra expectativa. Además estamos haciendo ensayos con nuevas soluciones químicas, con productos nuevos para sacar al mercado este año”, anticipó Quaino. 

Liderar en turbulencia 

Durante la crisis del 2001, rendirse nunca fue una opción y la familia encontró formas ingeniosas de salir adelante. En el patio de su casa, comenzaron a llenar envases con productos de limpieza, y Rubén se encargaba de venderlos a los vecinos, recorriendo las calles en bicicleta con su modelo de "puerta a puerta". Ese fue el momento del despegue. La combinación de una fuerte apuesta por el campo y el trabajo en equipo les permitió consolidarse como empresa, hoy con casi cinco plantas y donde operan tres laboratorios tecnológicos.