La empresa santafesina que hace negocios con la basura industrial

SLB Ingeniería se presenta como una empresa dedicada a la gestión integral de residuos sólidos y líquidos. Convertir residuos industriales en biogás es el ambicioso proyecto que tiene entre manos la compañía con sede en San Lorenzo, y la cual cosechó en los últimos años una amplia cartera de clientes a lo largo de toda la provincia. Por estos días, tienen dos importantes plantas en ejecución: una a pedido de la láctea Cassini y Cesaratto en San Carlos Sud, en el centro provincial, y la otra también para una importante láctea en cerca Ramona, límite entre Córdoba y Santa Fe, con una inversión neta que supera los u$s2 M.

El objetivo principal de SLB es brindar a sus clientes valor agregado a partir de los desechos líquidos que vierten las industrias. Para esto, utilizan un proceso de biodigestión anaeróbica que da como resultado la obtención de biogás, que sirve como fuente de energía para la producción.

“Ofrecemos a nuestros clientes un tratamiento de residuos superior al tradicional”, aseguró en contacto con Punto biz, Marcelo Leonardelli, gerente general de SLB Ingeniería, al tiempo que explicó que trabajan principalmente con empresas del complejo agroindustrial; como aceiteras, lácteas, alimenticias, entre otras. “Con su actividad generan residuos de alta carga como para ser vertidos en un río o arroyo, por lo que requieren un tratamiento especial”, añadió.

Además de la planta ubicada en San Lorenzo, SLB opera otra en Timbúes, la cual recibe residuos de empresas de la región. La característica fundamental de este complejo es que se autoabastece energéticamente, es decir que la energía que consumen es producida por ellos mismos a partir del biogás generado por la descomposición de los desechos.

Leonardelli destacó que el desarrollo de una planta de tratamiento de residuos líquidos conlleva distintas etapas y que el plazo estimado para su concreción es en promedio de 15 meses. Asimismo, al tratarse de plantas de tratamiento de pequeño o mediano tamaño, la inversión para construirla ronda entre los u$s 600 mil y u$s 1 M.

Consultado por el equipamiento que emplean, recalcó que al tratarse de procesos biológicos, el tratamiento de los residuos insume mucho más tiempos que si se tratara de una planta química. Para desarrollar biogás, los deshechos son vertidos en una especie de piletones anaeróbicos –sin oxígeno-, donde “se van degradando por acción de las bacterias, tal como ocurre en la naturaleza”.

Una vez finalizado el proceso, al biogás hay que “limpiarlo”, para extraerle los contaminantes propios del proceso y adecuarlo para el uso que se le vaya a dar: por ejemplo, para alimentar  una caldera o un generador, que a su vez provea de energía a otros equipos.

Por último, el gerente comentó que recientemente sellaron un convenio con la Universidad Católica Argentina (UCA) y el Conicet, con el fin de potenciar el desarrollo científico tecnológico centrado en el tratamiento de residuos y la generación de fuentes de energía sustentables.