El salto del dólar manda al freezer inversiones en gastronomía

“No sabemos si vale la pena abrir”. La frase corresponde a un gastronómico del barrio de Pichincha que en medio de la incertidumbre cambiaria analiza la posibilidad de bajar la persiana unos días -aprovechando que se trata de jornadas flacas en facturación-, y reabrir el fin de semana a la espera de que el dólar encuentre un precio de referencia. Es que, en varios casos recogidos por este medio, los proveedores retacean la entrega de mercadería o bien lo hacen con ajustes de último momento.   

Marcas grandes de la talla de Coca Cola, Quilmes, Branca o Mc Cain ya retocaron sus listas de precio, que llegan con aumentos que van del 10% al 20%. A quienes ya trasladaron las subas a menús de bares y restaurantes mientras otros aún no lo hicieron a la espera de posibles nuevas actualizaciones. “Los proveedores te bajan mercadería sin precio pero te avisan que van a cobrar con aumento sí o sí cuando tengan precio de referencia”, reveló resignado otro de los comerciantes consultados. 

En cuanto a los proveedores de comida se da una situación particular, ya que si bien no hay aumentos con respecto al mes pasado sí hay un tire y afloje en cuanto a la entrega de productos. “No puedo abrir y ofrecer en la carta un plato de salmón o pescado que no me están entregando”, opinó uno de los empresarios consultados. 

Si bien todos los gastronómicos consultados coinciden en que el público seguirá respondiendo pese a las correcciones que pueda haber, y sienten que “la peor crisis fue no poder abrir en la pandemia”, el escenario está haciendo recalcular el horizonte de inversiones. De hecho, Grupo 83, uno de los jugadores más importantes del negocio gastronómico en Rosario, que administra marcas como El Club de la Milanesa y Tea Connection entre otras, ya tomó la decisión de esperar y “desensillar hasta que aclare”. “Todas las obras que estaban en proceso se mantienen, pero las charlas de nuevos proyectos e inversiones que incluso estaban avanzadas quedan en stand by hasta agosto por lo menos”, advirtió un socio del grupo. 

Otro peso pesado del sector, con operaciones desparramadas en Pichincha, Pellegrini y el centro de la ciudad, también suspendió la apertura de un bar en la zona más caliente de calle Alvear, hasta que se acomoden el panorama y tener mayores certezas a mediano plazo. “Es imposible planificar algo en estas condiciones”, aseguró.