El día que a Perotti se le escapó la mayor inversión de la historia santafesina

La instalación de Profertil en Bahía Blanca fue el gran fracaso santafesino en pos de radicar inversiones de los últimos 40 años. Con Carlos Reutemann en el Gobierno y Arturo Di Pietro como ministro de Producción General Motors decidió en 1995 radicarse en Rosario con una inversión de u$s350 M y eso colocó a la Provincia en el mapa mundial de las inversiones productivas. Un año después y cuando el Complejo Chevrolet aún estaba en construcción, la firma canadiense Agrium anunciaba junto al gobernador Jorge Obeid y su ministro de Producción, Omar Perotti, la más grande inversión de la historia de Santa Fe -unos u$s 570 M- para producir fertilizantes nitrogenados en el extremo norte del Gran Rosario. 

Fue un anuncio efectuado con bombos y platillos, con todos los datos puestos sobre la mesa, pero quedó en la nada y los ejecutivos de Agrium terminaron yéndose con su proyecto al sur del país. Tal como lo reflejó el Diario Clarín el 13 de diciembre de 1996, el gobierno de Obeid “a disposición de la empresa el régimen vigente de promoción industrial provincial, mientras que los municipios de la zona han adherido con interesantes exenciones impositivas para apoyar la inversión privada más importante en Santa Fe”.

El encargado de llevar adelante la tarea fue Perotti, que había llegado al gabinete de Obeid tras una promisoria gestión al frente de la intendencia de Rafaela, con un fuerte predicamento productivo. Pero al momento de ir de las promesas a los hechos el actual gobernador de Santa Fe se le escapó la tortuga. Es cierto que llevar adelante gestiones oficiales no es una tarea fácil, tanto por burocracia como por intereses políticos cruzados. Bien lo sabía Di Pietro, quien debió convencer a los americanos de GM que el proyecto se iba a poder montar en el Gran Rosario -como ellos pretendían- y no en la ex-Fiat de Sauce Viejo, como trataron de imponer desde el poder capitalino. 

Lo llamativo de este caso fue que la trancada provino del jefe comunal de una localidad por entonces muy pequeña como Timbúes y se trataba de un político del mismo palo. El funcionario local se empacó en cobrar una de las tantas contribuciones distorsivas que existen en la Argentina, y pretendía cobrar la tasa de gas del 11%, -que sin explicación lógica corría para usuarios residenciales, comerciales e incluso industriales- pero para una empresa que emplea al gas como materia prima. Para tener una idea, Profertil, la empresa que surgió tras la asociación entre Agrium y YPF, consumió en 2019 unos 2.500.000 m3 diarios. 

A diferencia de su antecesor Di Pietro, Perotti no pudo resolver la controversia y los canadienses huyeron de Santa Fe, para desarrollar un emprendimiento que ya invirtió u$s 900 M, está a punto de de concretar un nuevo desembolso por u$s 1.500 M, brinda 360 empleos directos y otros 1.500/año en forma indirecta. Por cierto que la gaffe oficial no tuvo consecuencias políticas para sus principales actores: el intendente de Timbúes ni aparece en Google pero pudo ser reelecto en su pueblo, mientras que Perotti sigue en carrera. 

Es más, ahora quizás el rafaelino pueda tener posibilidad de revancha. Tal como cuenta Punto biz, Profertil, la actual sociedad entre Nutrien (exAgrium) e YPF, ya piensa en desarrollar un nuevo polo en el Gran Rosario. Desde 2011 ocuparon la mitad del terreno que el siglo pasado había comprado Agrium e instalaron allí un centro de acondicionamiento y distribución. Pero ahora ya preven ir por más, por las mismas razones que pretendían hacerlo a fines del siglo pasado: la proximidad con el núcleo productivo agrícola de la Argentina y la facilidad para abastecer por la hidrovía a otros países del Cono Sur. Por suerte la noticia trascendió con suficiente antelación como para tomar los recaudos del caso. Y quizás sea posible no tropezar dos veces con la misma piedra.