Las dificultades que enfrenta la histórica compañía son el comentario entre los empresarios de la ciudad de Santa Fe que la vieron crecer hace más de 60 años. Pero los avatares que hoy debe enfrentar nos son ajenos a los que vivieron otros jugadores del rubro. Se trata de Industrial Sodera SRL, gerenciadora de la marca de agua, gaseosas y soda Estambul, que por estas horas intenta acordar un plan de pago a sus trabajadores, tras varios meses de incumplimientos. La firma ya enfrentó un concurso preventivo en 2005 pero logró cumplir con sus acreedores.
Un mix entre las lógica baja en la ventas en temporada invernal, sumado a las problemáticas de las empresas medianas del negocio de las bebidas sin alcohol en un mercado que se ha vuelto muy competitivo son las que hoy le hacen difícil la operatoria a Industrial Sodera en la capital de la provincia. “La firma está adeudando 4 meses de sueldos y también algunas cuotas que vienen a amortizar retrasos anteriores en el marco de un acuerdo con los trabajadores que no están cumpliendo”, le dijo a punto biz Américo Romero, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Aguas Gaseosas (Sutiaga) que respresenta a los 84 obreros de planta permanente. Así y todo el gremialista es optimista ante la posibilidad de arribar a un nuevo concilio con la administración de la alimenticia.
“Este miércoles hay una reunión entre los empleados y la patronal. Hubo una propuesta que salió de la planta de trabajadores y el sindicato la convalidó. Ahora vamos a evaluar cuál es la postura de la empresa. Los trabajadores apuestan a que las líneas de producción sigan activas y nosotros los respaldamos”, agregó Romero sobre el tenor del reclamo que es pacífico e intenta negociar una salida sin perjudicar el régimen de producción.
Industrial Sodera enfrentó en 2005 un concurso preventivo que se tramitó en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la 4ª Nominación de Santa Fe, y según pudo averiguar punto biz, levantó el pasivo verificado de aquel proceso mediante el pago de 3 cuotas anuales. Lo cierto es que la tormenta que hoy enfrenta la empresa es seguida de cerca por la sindicatura que continúa fiscalizando las cuentas de la planta ubicada en Pedro Vittori al 3700 de la ciudad capital.
El presente de la firma fabricante de la soda Estambul, que ya es un icono de la historia empresarial santafesina, no escapa a la situación que ya vivieron otras productoras de aguas y jugos de la provincia. La primera en caer fue Naranpol, compañía que se había expandido a lo largo del país, y que tras la quiebra intenta seguir adelante administrada por sus trabajadores, aunque con una cuota mucho menor de mercado. Bodegas Litoral, con cuarteles centrales en Rosario y productora de los juegos Trechel también se fundió y sus obreros buscan resguardar la carpeta de clientes y mantener la distribución de mercadería.
Si bien la baja estacional de las ventas al parecer ha sido más dura que en otros años, Estambul enfrenta la problemática de la carencia tecnológica en un rubro que evolucionó en manos de las grandes multinacionales de los alimentos. Así, las empresas de aguas y gaseosas pequeñas y medianas que no se adaptan a las novedades del mercado, no consiguen sostener un espacio en las góndolas y quedan condenadas a la progresiva extinción.
Fundada en 1948 por las familias Gennari, Lauria y Sarchi, Dagradi y Di Filippo, solo este último apellido aparece ligado a las riendas de Industrial Sodera por estos días. A lo largo de la historia, la empresa diversificó la producción inicial de agua gasificada en sifones. Incorporó agua mineral extraída de Tunuyán, en Mendoza, envasó gaseosas líderes a nivel nacional e incursionó en este rubro con marca propia.
