Mercado ganadero: sube la oferta pero los precios no ceden

En el mundo de la ganadería argentina, el segundo semestre ha sido históricamente un período de mayor oferta ganadera, marcado por el ciclo natural de la industria y la salida de la invernada recriada y engordada tras la zafra. Sin embargo, el año en curso presenta una serie de condiciones inusuales que están redefiniendo esta dinámica establecida.

La faena bovina, a pesar de su general estabilidad a lo largo del año, ha mostrado una ligera estacionalidad debido a factores como la mencionada salida de la invernada después de la zafra. Si se observa el componente estacional de la faena bovina en Argentina, se puede apreciar cómo los niveles de faena tienden a situarse por encima del promedio mensual a partir de julio hasta fin de año.

Sin embargo, el panorama de este año se perfila diferente. Tras un primer semestre caracterizado por una fuerte salida de hacienda debido a condiciones climáticas adversas, como la sequía, y un llenado temprano de los corrales de engorde, los niveles de faena se han mantenido sorprendentemente altos. Los primeros meses del segundo semestre han sido testigos de una salida directa de hacienda hacia la faena, especialmente en el caso de las vacas, además de la aportación de animales terminados provenientes de los feedlots.

Las cifras preliminares de faena, basadas en los traslados de hacienda a los frigoríficos, indican que julio registró un total de 1,287,946 animales destinados a la faena. Si ajustamos estos datos por días hábiles, se establece una faena diaria promedio de aproximadamente 61,330 cabezas, reflejando un 6.3% menos en comparación con junio.

Este fenómeno podría llevar a una mayor oferta ganadera en el corto plazo debido al vaciamiento de los corrales, impulsado por el encarecimiento del alimento y la mejora reciente en el precio del ganado. Sin embargo, las existencias actuales en los corrales son prácticamente equivalentes o incluso menores que las del año pasado.

A medida que la intención de retención por parte de los criadores se fortalezca y sin una oferta adicional significativa proveniente de los corrales, se anticipa una fase de retracción en la oferta ganadera. Los valores de reposición tanto para la invernada como para la cría comenzarán a consolidarse, con los criadores optando por retener la mayor cantidad de hacienda posible y los invernadores buscando reponer sus animales de manera inmediata.

Mirando hacia adelante, el panorama se torna aún más incierto debido a factores electorales y económicos. La hacienda podría posicionarse nuevamente como un refugio de valor para los productores, llevando a una caída temporal en la oferta. La magnitud de esta caída podría incluso impulsar nuevos aumentos en el precio de la hacienda antes de que termine el año, dependiendo de cómo se desarrollen las circunstancias.