Alimenticia suma m2 y armó plan B para no perder volumen por la sequía

En medio de la histórica sequía que le pegó durísimo a los cultivos extensivos, algunas economías regionales quedaron especialmente perjudicadas. Algo así ocurrió con el sector legumbrero que tiene fuerte desarrollo en distritos del departamento Constitución al sur santafesino. Pero mientras algunas firmas debieron acotar producción y otras directamente asignar personal a otros menesteres mientras desactivaban sus plantas de procesamiento de arvejas, lentejas y porotos, otras encontraron en la creatividad una solución a la falta de materia prima.

Un caso singular es el de Inalpa, que con más de cuatro décadas de historia,ahora incursionó en nuevas líneas de producto tratando de abastecer un mercado que se resintió y mucho a partir de la escasez de mercadería.

“La sequía le pegó de lleno a la arveja verde, un producto tradicional que representa cerca del 50% de las ventas de Inalpa. Ahora bien, frente a esa realidad, que nos obligó a importar algo de ese grano, además de lentejas, que también escasean, encaramos una estrategia que se orientó a desarrollar alternativas con las que estamos teniendo éxito”, precisó Mayra Boglich, segunda generación al frente de la empresa que tiene su base en la localidad de Pavón Arriba.

El plan B puede considerarse como exitoso ya que, de acuerdo a lo que aseguran desde la compañía, el régimen de producción no se vio alterado y las ventas avanzaron a buen ritmo. “Pudimos imponer la arveja amarilla, que es un producto muy similar a la arveja verde, que hasta no hace tanto no se enlataba y se destinaba sólo para forraje. Sin embargo, dicha variedad tiene una capacidad nutritiva superior”, mencionó Boglich, en contacto con Punto biz.

El portfolio de nuevos productos alcanza otras variedades inéditas en el mercado argentino. “Además de la arveja amarilla, sumamos el poroto cranberry, estamos saliendo con una mezcla de poroto y garbanzo, garbanzo negro, choclo amarillo con zanahoria, papas cubeteadas, nuevos lanzamientos que salen de lo tradicional y juntos traccionan ventas”, analizó.

Inalpa, como otras firmas del negocio de las legumbres habían experimentado fuerte demanda no solo local, también global a partir de dos fenómenos que confluyeron. “La sequía en esta parte del mundo llegó en un momento de fuerte demanda de las legumbres en lata.  A partir de la pandemia donde todo el mundo empieza a adquirir enlatados. La demanda se triplicó y eso confluye con la guerra en Ucrania.  Ese país es uno de los principales productores mundiales de arveja amarilla y quedó fuera de juega. Países productores como los de América Latina quedaron en una situación muy favorable, aunque la falta de humedad complicó el escenario”, explicó la industrial.

Inversiones

Sin sobresaltos en materia productiva por la puesta en marcha del plan de contingencia para sustituir arvejas verdes y lentejas, las grandes ausentes en la última campaña, Inalpa pudo reactivar sus proyectos de inversión que incluso en 2021 había dejado en stand by. 

“Por una lado estamos completando la construcción de una nave de 1.500 m2 que se suma a otra similar que recientemente terminamos. La obra se encaró sobre 3.000 m2 que se adquirieron en un lote pegado a la superficie original. El nuevo espacio se usará para depósitos productos terminados y en el otro se incluirá nueva tecnología para el etiquetado de envases”, describió Boglich.

El desembolso incluye la incorporación de bienes de capital. “Esta semana están llegando tres máquinas de Italia que trabajan en el envasado y el remachado que es el corazón del proceso industrial de la legumbre. También estamos comprando tecnología a nivel nacional”, puntualizó.