Pastelera adaptó producción a la pandemia y es furor con sus tortas

A lo largo de la cuarentena se vieron afectadas las reuniones sociales. Por momentos la orden fue cancelarlas al 100%, y por otros se habilitó solo para grupos familiares de menos de diez personas. Todo ello complicó el panorama de los gastronómicos. Por tanto, Agustina Nicoletti, quien desde hace cuatro años se dedica a la pastelería puso sus ventas en stand-by durante un mes y medio hasta que encontró la forma de reinventarse. Así surgió la idea de implementar una variedad de tortas altas adaptadas a la pandemia, con las que arrasó las ventas. 

Agu Cake Shop es el nombre del emprendimiento de Agustina Nicoletti. El amor por la pastelería y sus constantes especializaciones la llevaron a implementar las “mini cakes”, tortas altas, de hasta cuatro capas de biscochuelo, pero con el diámetro de una comportera (13 centímetros). Son ideales para los festejos reducidos, o entre los convivientes de una misma casa, pero con toda la elegancia de las tortas de cumpleaños de pastelería profesional. 

No es azaroso que Nicoletti haya visto oportuno agregar a la carta este tipo de pasteles, sino que uno de los motivos es que se especializa en tortas altas. Rinden 8,10 y hasta 12 porciones depende de cómo uno los corte. “Generalmente en el país la gente está acostumbrada a festejar mucho, entre grandes cantidades de invitados, entonces esta variedad no suele ofrecerse. Pero desde que las sumé, no las paro de vender”, explicó Nicoletti agradecida con sus clientes.  

Según contó la emprendedora, estamos en el boom de la pastelería, donde los insumos comestibles son muchos y permiten hacer temáticas deliciosas, alternando los colores, agregando pisos de macarrons, glitter, perlas y polvo dorado metálico. “Al poder ponerles el diseño que uno quiere y todas las cosas nuevas que hay de pastelería, la gente las pide mucho. No te sobra, la podés freezar, cumple todos los requisitos de una torta tradicional, nada más que en tamaño más pequeño sin perder la elegancia. La particularidad es que la crema va en refrigeración y se puede jugar con diferentes rellenos, lo que no ocurre con las de pasta de azúcar, que al no ser refirgeradas limita mucho el relleno que elijas", describió. 

Si bien Nicoletti encontró en las mini cakes su producto estrella para continuar con las ventas durante la pandemia, también supo buscarle la vuelta con las porciones de postres elaborados, como el rogel, brownies, Matilda cake (la típica torta rellena y cubierta de chocolate) y macarrons. Estos últimos son bocaditos de harina de almendras y merengue. Se hacen en un horno convector y se utilizan planchas especiales de silicona. La técnica se llama macarronage.

En palabras de Nicoletti: "Son bocaditos muy sofisticados que permiten jugar con los rellenos partiendo de ganache de diferentes chocolates y tambien del aclamado dulce de leche. Se los puede colocar arriba o debajo de la torta en muchos colores con colorantes alimenticios". 

Por tanto, el amor por la pastelería que Nicoletti descubrió hace cuatro años cuando empezó a hornear para familiares y amigos, hoy la hace reconocida en Rosario y zona por sus delicias.