A dos años del arranque, qué fue del circuito de food trucks en Rosario

De las 12 licencias permanentes que el Municipio habilitó para operar food trucks en Rosario, quedan en pie sólo siete. El sistema, que debutó hace dos años con éxito en los parques de la ciudad, hoy está lejos de cumplir con la promesas de aquel entonces. El circuito de paradas rotativas en espacios al aire libre acordados de antemano no se cumple, ni tampoco los camiones de comida funcionan todos los días como lo estipula la ordenanza.

La nueva modalidad gastronómica empezó a hacerse efectiva el 14 de septiembre de 2017, cuando tras un largo proceso de licitación de licencias y armado del circuito, los food trucks salieron a la calle. Fueron ocho los primeros vehículos en instalarse en los parques pero, a pesar de un debut auspicioso, nunca se llegó al objetivo trazado por la Municipalidad de Rosario de contar con un circuito de una docena de food trucks habilitados para explotar el servicio.

De hecho, en menos de un año, dos marcas optaron por devolver la licencia y bajar la persiana debido a que el negocio no les resultaba rentable. “La realidad es que algunos fueron saliendo de a poco y las paradas quedaron descubiertas y eso desorientó a la clientela. La mayoría de los food trucks se instaló en dos de los parques del circuito: el de las Colectividades y el Sunchales”, describió Arturo Milano, al frente de la Cámara Rosarina de Food Trucks. El achique del modelo fue tal que los otros dos parques que formaban parte del cirquito callejero origial, Parque Urquiza y Scalabrini Ortiz, casi no son visitados por los camiones que –según denuncian por lo bajo– quedan “expuestos a hechos de inseguridad” en la zona.

El contexto económico, la caída del consumo y un esquema de paradas que nunca terminó de aceitarse; conspiraron contra el desarrollo de un negocio que irrumpió como un boom y que hoy pena por seguir subsistiendo. Si bien licenciatario debe abonar un canon mensual bajo, fijado en torno de los $ 6.000, existen otros costos que encarecen la apuesta más allá de la inversión inicial que significa montar el negocio. Porque a eso hay que sumarle los costos de contratación de empleados, y gastos extra como equipos generadores y limpieza. Es quizás por esto que los primeros en darse de baja hayan sido empresas que ya tienen comercios gastronómicos en marcha como La Vendetta y El Club de la Milanesa.

Hoy en día los siete food trucks que cuentan con licencia permanente son; Hell’s Truck (sándwiches gourmet), Helados Míster Soft, Cooperativa de Trabajo Communitas (panificación y pastelería), Mundo Donas, Carmencita, Tape Nade y Rosario Grill. En cambio, son varios los que cuentan con licencias esporádicas para uso en eventos y encuentros especiales, una opción que sí aparece como más atractiva. “Mediante una nota pedimos al Municipio que revea la situación actual del sistema. La idea es que las paradas estén identificadas con señalética, y se garantice el fluido eléctrico para que no haya conflictos con otros puestos. Estos temas se plantearon pero quedaron para ver en la próxima gestión”, dijo Milano.

Otro de los reclamos del sector para mejorar el circuito de food trucks, es cumplir con el texto original de la ordenanza que permitía la venta de cerveza, con mismas limitaciones de un bar. Un punto que fue modificado en la reglamentación. “Creo que son cuestiones que vamos a poder resolver, porque el modelo fue pensando con buena voluntad pero con el tiempo empezaron a aparecer problemas y hay que actuar”, opinó el representante del sector.