Preocupa en las aceiteras la mala calidad proteica de la soja que arriba

Hay preocupación en la industria aceitera por la mala calidad proteica de la soja que está llegando a las plantas de crushing. Y tanta es la preocupación que referentes de todas las empresas del sector se cruzarán el jueves en una conference call para compartir diagnósticos y trazar un plan de acción a seguir.

La complicación que genera que la soja de la región núcleo que masivamente está arribando por estos días en camiones a los puertos tenga mala calidad proteica es que las plantas deben moler más lento para bajar más la humedad del grano, trabando así la logística proyectada. No en vano en el ambiente ya se proyecta que la molienda de abril va a ser unas 300/400 mil toneladas menor a lo esperado porque el proceso productivo tendrá que ir más lento para acondicionar el grano a la calidad que exigen los compradores de la harina argentina.

Si bien en el sector nadie quiere levantar mucha polémica sobre el tema, la convocatoria a la reunión vía skype exhibe la preocupación reinante. Un objetivo del cruce de figuritas será establecer si la caída de la calidad es mayor a la de años anteriores o si está en los rangos ya habituales de los últimos años. Es más, los primeros barcos cargados con harina el año pasado también tuvieron el mismo problema, pero luego la situación se fue acomodando con el correr de las semanas. Es que, según relevó punto biz entre actores del negocio, hay coincidencia de que cuando entre soja del norte y soja de segunda, que suelen tener mejor calidad, levantarán los porcentajes de proteína. También hay empresas que apuestan a subir importaciones de soja paraguaya, que tiene más proteína, para compensar.

Para la conference call del jueves, hay ejecutivos de algunas aceiteras que quieren poner sobre la mesa la posibilidad de revisar el estándar de calidad de los embarques de harina para evitar rechazos. Al menos en la previa al encuentro, los que impulsan la revisión del estándar (la última modificación se hizo en 2013) no son la mayoría. Pero no son pocos los que creen que no sería malo bajar la tolerancia de recibo que tienen los contratos (llevarla de 45.5 a 45%) para evitar rechazos.. Como sea, de tomar alguna decisión sería  para regir en mayo, como pasó en 2013 cuando el cambio entró en vigencia el primero de junio.