Vuelven a bajar las estimaciones de producción de maíz

La producción de maíz en Argentina experimentó un ajuste significativo en las estimaciones para la campaña 2025. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la producción de maíz se estimó en 7,8 millones de toneladas, lo que representa una reducción de 300.000 toneladas con respecto a la proyección realizada en enero de 2025, que era de 8,1 millones de toneladas. 

A pesar de que el verano finalizó con lluvias que alcanzaron los promedios históricos en la región núcleo, estas precipitaciones no fueron suficientes para mitigar las pérdidas que afectaron a los cultivos de maíz, especialmente en el norte de Buenos Aires.

Los analistas de la BCR, Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo, explicaron que las precipitaciones registradas en febrero llegaron demasiado tarde para aquellos cultivos que ya habían sufrido por la falta de agua en momentos críticos como la floración y el llenado de granos. El ajuste en las estimaciones de rendimiento se dio principalmente en el norte de Buenos Aires, que fue una de las zonas más perjudicadas por la escasez de lluvias durante diciembre y enero.

La región núcleo, que ha sido históricamente una de las principales productoras de maíz en el país, sigue enfrentando un panorama incierto. El rendimiento promedio estimado de los cultivos en esta zona es de 83 quintales por hectárea, 3 quintales menos de lo previsto en la estimación anterior. A pesar de las lluvias en las últimas semanas, la cosecha podría estar por debajo del promedio de los últimos 15 años, y ligeramente inferior a la campaña 2017/18, que estuvo marcada por una sequía severa.

Lluvias y su impacto en la cosecha

Durante las últimas semanas, se registraron lluvias intensas en varias partes del país. En particular, las precipitaciones fueron muy fuertes en localidades como Sáenz Peña y Las Breñas, en Chaco, donde en tan solo cinco días cayeron volúmenes de agua comparables a los que se esperaban durante todo el verano. No obstante, a pesar de estos eventos, la recomposición hídrica llegó demasiado tarde para los maíces más afectados por la sequía.

El informe de la BCR destacó que las lluvias de febrero y marzo mejoraron las reservas hídricas, pero fueron insuficientes para revertir las pérdidas. Las precipitaciones fueron desiguales a lo largo del verano. En diciembre, las lluvias estuvieron por debajo de lo normal, dejando a gran parte de la región con reservas de agua limitadas, lo que generó una situación crítica en el noreste de Buenos Aires y el sur de Santa Fe. Fue en febrero cuando las lluvias aumentaron considerablemente, casi duplicando el promedio histórico para el mes, lo que permitió una mejora en las condiciones de humedad de los suelos.

Avances en la cosecha de maíz y complicaciones logísticas

A pesar de las dificultades climáticas, la cosecha de maíz temprano avanza, con un 24% del área sembrada ya cosechada, alcanzando un total del 47% del área proyectada. Este ritmo es superior al de la campaña anterior, cuando a la misma fecha apenas se había cosechado el 18%. Además, la proporción de maíz temprano cultivado este año es mayor, lo que está facilitando el proceso.

Las zonas que lideran la cosecha son el extremo sur de Santa Fe, con un 70% de avance, y el centro-sur de la provincia, junto con el noreste bonaerense, donde se alcanzó un 60% de cosecha. Sin embargo, hay regiones que experimentan retrasos, como el noroeste bonaerense y el sudeste de Córdoba, que avanzan solo un 20% y 25%, respectivamente.

En cuanto al clima, las lluvias recientes, aunque no favorecen los cultivos de maíz que ya están en su fase final, son cruciales para recargar los perfiles de agua en los suelos de cara a la próxima siembra de cultivos de invierno. Sin embargo, estas precipitaciones están complicando el avance de la cosecha, especialmente en áreas como Río Tala y Baradero, donde las malas condiciones de los caminos rurales, anegados por el agua, dificultan el ingreso a los lotes.

El desafío de la soja

A medida que se acerca la cosecha de soja de primera, los productores advierten que, aunque la cosecha de maíz temprano sigue siendo una prioridad, los desafíos logísticos y climáticos podrían relegar al maíz a un segundo plano en los próximos días. En muchas zonas, las cooperativas están flexibilizando las condiciones de entrega para facilitar la cosecha, pero el clima sigue siendo un factor determinante en el avance de la campaña.

En resumen, las lluvias recientes mejoraron la situación en ciertas regiones, pero no fueron suficientes para revertir las pérdidas sufridas por los cultivos de maíz. De cara a la cosecha de soja y las siembras de invierno, los productores enfrentan una temporada marcada por desafíos climáticos y logísticos que podrían impactar el rendimiento de los cultivos en el corto y mediano plazo.