Una empresa santafesina se llevó el premio a la pyme familiar del año

El origen de Laboratorios Peyte se remonta a 1982, cuando el químico Enrique Aloisi y su hijo Daniel, ingeniero agrónomo, comenzaron a fabricar productos para el campo. El primer desarrollo fue una fórmula de higiene para tambos, razón por la cual el nombre inicial del emprendimiento fue Insumos ProTambo. Más adelante incorporaron otros desarrollos de uso agrícola y de inseminación artificial y cambiaron a Laboratorios Peyte, una empresa que hoy va por la tercera generación y tiene su fábrica en el parque industrial de Venado Tuerto.

Fue en plena transición, de la segunda generación a la tercera, cuando la empresa atravesó la prueba de supervivencia más exigente e inesperada.

“En 2018 estábamos en China con mi papá y mi hermano buscando maquinarias y nuevos registros de productos y se incendió la planta: los 5.000 metros cuadrados quedaron reducidos a cenizas. Perdimos la totalidad de la empresa, incluso la maquinaria, la mercadería y algunos vehículos”, contó Santiago Aloisi, quien encabeza la tercera generación con su hermano Daniel.

Laboratorios Peyte fue la ganadora de los premios Pyme Familiar y Pyme Oro de la edición 2022 de los Premios Pyme, organizada por Clarín y Banco Galicia. La trayectoria, la profesionalización y el incremento constante de facturación fueron algunos de los argumentos que destacaron los integrantes del Jurado de Honor que la eligieron.

Un dato que sobresalió en aquella elección fue la reconstrucción desde cero en apenas cuatro años, con un impulso que los llevó a tener hoy casi 100 empleados, el doble que tenían antes del incendio.

Ayudados con el dinero del seguro y de un crédito bancario, pero también con esos imponderables que son la garra y el empuje, volvieron a poner en funcionamiento la fábrica.

“Eso se logró gracias al gran sentido de pertenencia de la gente”, dijo Aloisi. En esos cuatro años de aquel duplicaron la cantidad de empleados, la superficie productiva e incrementaron las ventas de manera significativa y sostenida. “Estamos creciendo a un ritmo sostenido de 30% anual desde hace varios años”, agregó el empresario.

Peyte dio sus primeros pasos en fábricas que alquilaban en Buenos Aires hasta que pudieron alquilar, y luego comprar, un galpón en Venado Tuerto, donde fueron instalando su propia maquinaria. Años más tarde, adquirieron el primer terreno en el Parque Industrial de la ciudad, lugar donde hoy poseen cuatro lotes. Desarrollan fórmulas fitosanitarias, coadyuvantes y fertilizantes. Y a la par que compiten contra las multinacionales del sector, también les tercerizan parte de la producción.

“Comercializamos productos con marcas propias y brindamos servicios de formulación a terceros, entre ellos, empresas multinacionales y nacionales de gran importancia”, agregó Aloisi, quien se desempeña al frente del área de Investigación y Desarrollo.

Actualmente, el laboratorio fabrica 5 millones de litros de producto por año, que comercializa a través de una red propia y de terceros de más de 300 distribuidores locales. “La mayoría son firmas de agronomía, cooperativas y acopios de granos”, dijo Aloisi. Además exportan a República Dominicana, Paraguay y Uruguay.

La firma, que tiene varias inversiones en curso, apunta a incrementar su participación en el mercado de fitosanitarios, que de acuerdo con las estimaciones de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) y la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), mueve cerca de US$ 2.600 millones anuales.

Con 98 empleados directos, Laboratorios Peyte es, entre las empresas de capital local de su sector, una de las que más factura. Parte del secreto consiste en que son dueños de las patentes de la mayor parte de lo que producen.

“La mayoría de nuestros productos provienen de nuestra propia área de investigación”, aseguró Aloisi. “Contamos con más de 30 desarrollos propios que se venden en el país y algunos de ellos son exportados”.