Una disputa entre constructoras puede dejar al Aeropuerto sin verano

La modernización del Aeropuerto Internacional de Rosario, impulsada con fondos de la Nación y la Provincia, enfrenta una fuerte turbulencia que pone en jaque su temporada de verano. Lo que parecía una obra estratégica y largamente esperada para actualizar la pista principal de la terminal de Fisherton, se convirtió en el centro de una disputa entre constructoras que podría trabar su avance y dilatar aún más los plazos de ejecución.

El conflicto se desató tras el llamado a licitación que realizó el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) para adjudicar la “rehabilitación y reconstrucción de la Pista 02-20”. Con un presupuesto oficial de $41.616 millones, cinco oferentes se disputan quedarse con una obra clave para que el aeropuerto rosarino pase de Categoría 1 a Categoría 3, condición indispensable para recibir vuelos internacionales de mayor porte y operar en condiciones climáticas adversas.

A diferencia del mecanismo tradicional de dos sobres —uno técnico y otro económico—, el Orsna optó en este caso por unificar toda la documentación en un solo paquete, lo que encendió aún más las suspicacias entre las empresas competidoras. Las ofertas más bajas, presentadas por las uniones transitorias de empresas (UTE) Obring-Milicic-Edeca y Rovella Carranza-Rovial, fueron impugnadas por la firma Vial Agro.

Desde esa empresa, con base en Tres Arroyos, cuestionaron que las propuestas más económicas no cumplen con los antecedentes técnicos exigidos, ni con los parámetros de precios considerados viables para realizar una obra de tal envergadura. En su presentación formal ante la comisión evaluadora, Vial Agro sostuvo que se trata de “ofertas temerarias y a precio vil”, formuladas —según su interpretación— con el único fin de presionar su contratación sin capacidad real de ejecución.

En detalle, las impugnaciones contra la UTE Obring-Milicic-Edeca apuntan a que no puede acreditar la ejecución reciente de obras de repavimentación de pistas con operación comercial regular, tal como se pide en los pliegos. Además, se advirtió sobre “inconsistencias importantes” en el análisis de precios. Por su parte, Rovella Carranza y Rovial también quedaron en la mira por no demostrar antecedentes en la reconstrucción integral de pistas internacionales.

Esta batalla legal y técnica entre constructoras ocurre en un contexto de atraso y tensiones en torno a la modernización del aeropuerto. Tras haber quedado congelada durante el primer tramo del gobierno de Javier Milei, la obra fue retomada gracias a un acuerdo entre Nación y Provincia para compartir el financiamiento. Según estimaciones oficiales, se trata de un proyecto que demandará una inversión total superior a los u$s30 M.

El Aeropuerto de Rosario, que durante los últimos años sufrió una notoria pérdida de vuelos y conectividad, enfrenta ahora un nuevo escollo que puede derivar en un colapso operativo para la próxima temporada alta. Si la licitación no se resuelve en las próximas semanas, y la adjudicación queda trabada por las impugnaciones cruzadas, difícilmente puedan comenzar las tareas de reconstrucción a tiempo para finalizarse antes del verano. Esto no solo afectaría los vuelos comerciales, sino también los servicios de carga, un segmento que la Provincia busca potenciar desde la terminal local.

La pista, según estudios técnicos, requiere una repavimentación urgente por el desgaste acumulado y la falta de mantenimiento durante los últimos cuatro años. Si bien aún está operativa, el riesgo de una mayor degradación es real.