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Economía

Es un tercio de la tarifa global

Sólo por lo que distribuye la EPE se pagarán $7.800 más por mes de luz

Sólo por lo que distribuye la EPE se pagarán $ 7.800 más por mes de luz
Mauro Aguilar

La cifra corresponde a un usuario medio (de 400 a 600 kw) y se aplicará con los consumos de marzo. El gobierno nacional prepara otros aumentos en generación, distribución mayorista y quitas de subsidios. 

La Empresa Provincial de la Energía (EPE) prepara un aumento en la tarifa de distribución que afectará los consumos de marzo y abril y se abonará con las cuotas de mayo/junio. Esta suba cabalgará junto a los incrementos que prepara el gobierno nacional sobre la generación y la distribución mayoristas, que se definirán en los próximos días. Un usuario medio deberá afrontar unos 7.800 pesos mensuales de aumento solo por lo que le factura la empresa provincial, que representa apenas un 35% del importe total a desembolsar. 

Ese importe corre  para clientes residenciales con consumos que oscilan entre los 400 y 600 kw. Se trata del grueso del universo total de usuarios –1,4 millón– que tiene la empresa.  Ese monto de 7.800 pesos es para compensar los mayores costos de la EPE. El incremento sería de 2 mil pesos en el caso de jubilados, pensionados y aquellos sobre los que se aplica una tarifa social con subsidios de los que se hace cargo el Gobierno provincial y que permiten reducir para esos hogares entre un 60 y un 70 por ciento el costo de la distribución. 

También está proyectado ya un aumento para comercios y pequeñas y medianas industrias. Para los que consumen 800 kilovatios-hora será de 26 mil pesos mensuales y de 36 mil para los que rondan los 1.500 kilovatios-hora. Dentro de ese rango hay un total de entre 150 mil y 200 mil clientes. Además, existen unos 3.500 grandes usuarios.  

La EPE planteará, además de ese monto de 7.800 pesos, un esquema futuro para reajustar la tarifa bimestralmente. ¿Cómo lo hará? A partir de un índice que combine el movimiento que tengan los salarios y el costo de los materiales que utiliza para prestar el servicio. Este último ítem tuvo saltos impactantes en 2023, muy superiores a la inflación relevada oficialmente. Algunos ejemplos: los transformadores aumentaron un 369%, los cables 226%, las celdas 307%, los aisladores 368% y los elementos de seguridad 447%. Muchos insumos son importados. Todo eso empezará a tener incidencia en la tarifa futura.

En la empresa explican que los aumentos son inevitables para acomodar las cuentas en rojo que dicen haber heredado de la administración anterior y para ofrecer, al mismo tiempo, un servicio eficiente. Ése es el objetivo trazado. “La falta de tarifas adecuadas impactan en la calidad del servicio. La gente quiere un buen servicio, con una tarifa justa y accesible. Pero no se logra una buena calidad de servicio con tarifas deprimidas”, justificó en diálogo con Punto biz Hugo Marcucci, titular de la EPE.

Los otros incrementos 

“La estructura de los costos de la empresa corresponden, en un 35 por ciento, al costo de energía. Lo que le pagamos a Camessa. Un 35 por ciento es el costo EPE, es decir la inversión, la operación, el mantenimiento, los materiales, la atención de los distintos problemas que se presentan en el servicio y el 30 por ciento restante es de impuestos. Es decir que cada vez que alguien paga la tarifa, paga esos tres conceptos distintos”, detalla Marcucci. 

La empresa ya tiene claro el aumento que aplicará desde marzo- abril, pero no el costo que tendrá la energía mayorista que compra a Camessa. Un primer dato respecto del precio mayorista: el valor está dolarizado y puede actualizarse trimestralmente. La última vez que eso sucedió fue en noviembre del año pasado. En la EPE saben que a partir del 1 de febrero podrían ser informados de un ajuste que, claro, impactará directamente en la tarifa. 

Camessa ya expuso una proyección: cuanto menos duplicaría –a tono con el salto que dio el dólar oficial– el valor de la energía que vende. Para que ese dato se confirme falta saber qué decisión tomará la secretaría de Energía. Si lo convalida o no. Hoy el valor es de 23 mil pesos el megavatio. Pero ese precio, cuando se traduce a las boletas, alcanza los 9.942 pesos.

¿Y los subsidios?

Por el momento se desconoce lo que sucederá con la política de subsidios, una herramienta que modera significativamente el valor del servicio –en promedio se paga el 45% del costo de la generación de energía– y que el gobierno nacional ya anticipó que irá recortando paulatinamente como parte de su proyectado y severo ajuste fiscal.

El gobierno nacional ya comenzó a exponer su intención de dar de baja el esquema de segmentación vigente e ir hacia una “canasta energética básica” que contemplaría el ingreso de los usuarios, la zona del país en la que reside y la cantidad de personas que habitan el hogar. Entre otros puntos, la actual gestión nacional quiere poner fin a los tres segmentos de usuarios existentes en la actualidad y determinar un máximo de kilovatios- hora/mes básicos subsidiables. Se pagará la tarifa plena en todo lo que exceda ese límite. 

En la EPE tienen registrado que los clientes N1, de altos ingresos, actualmente pagan el valor pleno. Los N2, de bajos ingresos, abonan el 9% del total del costo de la energía, mientras los N3 –sector medio– afrontan entre el 14% y el 15%. La pequeña y mediana empresa también cuentan con subsidios.  

En Santa Fe los clientes N1 son unos 400 mil, los N2 600 mil y los N3 200 mil. En Santa Fe esperan que la quita de subsidios sea gradual para no generar un cimbronazo con las tarifas, que podrían generar otro inconveniente: la ampliación del universo de morosos. Actualmente, la EPE cobra 87 de cada 100 pesos que factura. El robo de la energía también impacta: el 10 por ciento del consumo se pierde entre maniobras fraudulentas.  

La EPE inició el año con un incremento en las tarifas del 9,9%. Es, de acuerdo a las autoridades actuales, el ajuste que estaba acordado para aplicar en septiembre de 2023 y que la gestión de Omar Perotti evitó aplicar. El nuevo Gobierno dice que fue una maniobra política para evitar pagar frente a la ciudadanía el costo de aplicar ese incremento.

Ese atraso tarifario provocó que la firma tuviera un déficit operativo desde octubre. La proyección financiera hacia marzo, encargada por la gestión de Maximiliano Pullaro, indica que el rojo será de $ 30 M. El tesoro provincial no asistirá a la firma, que deberá financiar ese bache con recursos propios. 

 

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