Se viene el primer local de una marca de alfajores rosarina multipremiada

Empezó en plena crisis mundial y personal en su cocina de Rosario. Se llevó todos los premios del país, y ahora va por un plan de expansión que le permita llevar su producto estrella -un alfajor de avena y dulce de leche que se puede personalizar con numerosas variantes- al resto del país y, por qué no, cruzar la frontera.

Así podría resumirse la historia de Natalia Ferreyra, que inició su emprendimiento siendo pastelera amateur, con el fin de sostener a su familia cuando la pandemia la encontró sin trabajo. En pocos días, Ferreyra abrirá el primer local de su marca, Morgana, en el barrio de Pichincha.

El espacio que están armando a pulmón en Crespo al 200 es uno de los requisitos formales para obtener los permisos municipales y provinciales que dejará a la marca en condiciones de incrementar su producción (Ferreyra habla de duplicar y hasta triplicar el volumen actual, que hoy es de unos 4.000 alfajores por mes).  

De hecho, por el momento el espacio de 40 m2 funcionará bajo el formato take away, pero a las mismas instalaciones se trasladará la producción de Morgana.

Además de retirar pedidos o comprar al paso, en el local la marca estrenará novedad: la posibilidad de personalizar los alfajores a gusto de cada consumidor, a partir de una gran variedad de ingredientes.  

La sucursal número uno estará a cargo de Natalia en asociación con dos mujeres, en tanto que una de sus socias se encarga de la administración y la otra es inversionista. “Uno de los objetivos de Morgana es brindarle posibilidades a otras mujeres, por ejemplo, hoy me ayudan tres mujeres en la producción. Una vez que arranquemos con la producción en el local, la idea es incorporar más personas”, explicó la emprendedora. Los proyectos no se agotan en el local: Ferreyra sueña con formar una red de franquicias que le permita tener presencia en el interior y el exterior. 

Un alfajor campeón

 Hasta el momento, Morgana se la pasó cosechando premios. El último fue hace unas semanas, cuando fue distinguido con el tercer puesto de la categoría Alfajor saludable en el Campeonato Argentino Alfajor. El año pasado salió galardonado como el mejor triple de dulce de leche en la competencia que organiza la Asociación de Cocina Regional Argentina (Acra). Ese mismo año, en la Fiesta Nacional del Alfajor se llevó el tercer puesto por su carácter innovador.

¿Qué es lo que distingue a la marca? Todo es artesanal, desde los ingredientes hasta la producción, pero principalmente es un alfajor cuya masa está hecha de avena, el toque personal de Ferreyra. “No apuntamos a la distribución masiva, queremos diferenciarnos, que cuando la gente pruebe los alfajores, sienta la diferencia”, explicó Ferreyra. 

Al ser casero y no poseer conservantes, tiene fecha de caducidad en treinta días. “Por eso no nos stockeamos, queremos que el alfajor sea lo más fresco posible. Recibí mensajes de distintos puntos del país de gente que quiere revender, pero por cuestiones como el proceso de producción y la durabilidad, no nos conviene tener distribuidores por ahora”, explicó en conversación con Punto biz Natalia Ferreyra.

Lo que se viene 

Una vez obtenida la habilitación, el año que viene el objetivo es exportar a países limítrofes como Uruguay, Chile y Brasil a través de la Cámara Argentina del Alfajor, y ubicar en el centro rosarino un local con otra impronta, pensado para aquellos clientes que busquen sentarse a comer un alfajor acompañado de un café.

Por ahora, el foco está en Rosario y alrededores. Al resto del país llegan por medio de eventos como una feria en San Juan en agosto y Puerto Madryn en septiembre. Del 6 al 9 de julio Morgana va a estar en la expo Caminos y sabores, la Feria gastronómica donde Santa Fe Expone va a tener stands. 

Emprendimientos que salvan

Natalia trabajó en Telecom hasta 2015, cuando la despidieron. Con dos hijos y uno en camino empezó a hacer tortas en su casa para eventos. Luego, recibió dos fuertes golpes: su hijo más pequeño fue diagnosticado con un trastorno severo del neurodesarrollo, y falleció su hermana. 

En eso llegó la pandemia y con ella, la suspensión de eventos, por lo que la demanda de tortas disminuyó completamente. Con su formación de pastelería creativa y distintos cursos que realizó en 2021 se las rebuscó y apuntó a la producción y comercialización de alfajores, donde encontró una veta en el mercado.

Al principio su emprendimiento llevaba su nombre, pero luego decidió cambiar a Morgana, una diosa celta que está asociada a la superación personal. “Morgana me salvó la vida. Siento que refleja mi historia y hace honor a mi hermana y a mi hijo”, finalizó la emprendedora.