Se define la grilla de largada para renovar la Intendencia en 2027

Una nueva campaña electoral asoma en el horizonte de Rosario. El 30 de mayo próximo se iniciará nuevamente el debate entre candidatos que buscan una banca en el Concejo municipal. El 4 de junio ya estarán girando en televisión y en radio los avisos publicitarios. La vida de los ciudadanos estará otra vez, quieran o no, atravesada por la política. Son 13 de los 28 lugares que componen el cuerpo legislativo los que están en disputa. Pero hay algo quizás más importante en juego: las urnas comenzarán a marcar ahora el camino hacia 2027, cuando se renueve la Intendencia. 

En la boleta que los rosarinos tendrán a su disposición el 29 de junio hay un candidato para el Concejo, Juan Monteverde, que sueña desde hace tiempo con conducir la ciudad. Hay otro, Juan Pedro Aleart, al que los libertarios ya ubican como seguro contendiente para 2027. Como tercera pata de la pulseada aparece un oficialismo herido. Unidos no sólo debe remontar el resultado de las primarias, donde quedó tercero. Además, y si se proyecta el cuadro hacia lo que sucederá en dos años, tiene todavía por delante la tarea de encontrar la figura que busque suceder a Pablo Javkin. Todo eso empieza a definirse en algo más de un mes. 

El elector tendrá en el cuarto oscuro una boleta más amable que aquella interminable que encontró el 13 de abril pasado. Serán siete caras –en abril fueron 42– para marcar la opción elegida con una cruz. El peronismo, con sus diferentes opciones, presentará tres candidatos. Además de Monteverde, compiten Roberto Sukerman y Lisandro Cavatorta. La izquierda llegará por primera vez a la general por un banca con la docente Carla Deiana como representante. Al libertario Aleart lo acompañará, dentro del espectro ideológico de derecha, Eugenio Malaponte, el elegido por Amalia Granata. Completa la oferta la funcionaria del oficialismo Carolina Labayru. 

Unidos no sólo está en desventaja por el resultado adverso de la primaria. Ocho de las 13 bancas que se renuevan le pertenecen. Mucho para perder. Se descuenta que en el recambio saldrá inevitablemente debilitado. El sector del peronismo que representa Cavatorta expone dos lugares y es posible, si se replicara lo sucedido en la primaria, que se quede con las manos vacías. En tanto, la alianza entre un sector del justicialismo y Ciudad Futura pone en juega tres sitios. No sólo los sostendrá. La proyección es que aumente su representación. Para los libertarios todo será ganancia. 

De los 13 a los que se les termina el mandato, seis buscarán renovarlo: Monteverde, Cavatorta, Julia Irigoitía, Marisol Braco, Anita Martínez y Norma López. Otra vez, si se tiene en cuenta la proyección de lo sucedido en las Paso, sólo tres podrían cumplir con su aspiración de continuar: Monteverde, Martínez y López. 

El cuadro de la Paso deja abierta la posibilidad de un escenario de tercios. Si se replican los resultados de abril, Monteverde podría obtener cinco bancas, Aleart cuatro y Labayru las cuatro restantes. Pero hay otras cuestiones que están en juego y que podrían modificar el final de la película.  

Nivel de ausentismo y otras cuestiones a atender

Una primera tarea que deberán darse los candidatos que compitan el 29 de junio es lograr ensanchar el colchón de adhesiones que consiguieron en la primaria. Más para Santa Fe, el espacio que más votos cosechó con la interna que tuvo como amplio ganador a Monteverde, obtuvo con sus 110.902 votos apenas el 13,60% por ciento de las adhesiones. 

Los 87.272 que convirtieron a Aleart en el candidato individualmente más votado, son apenas el 10,70%. Lo mismo vale para los 84.814 que acompañaron a Unidos. Sólo representan el 10,40%. Para todos la cosecha parece escasa.  

Queda por verse un tema central y una inquietud honda que dejaron los comicios del 13 de abril: cuál será la participación de la ciudadanía en el nuevo turno electoral. Podría decirse que en una elección general siempre hay mayor interés porque finalmente se resuelve quiénes ocupan los cargos. Un dato contradice esa máxima: el mes pasado también se definían nada menos que los 69 convencionales que reformarán la Constitución provincial. Sin embargo, un grueso significativo de la población le dio la espalda al compromiso que tenía frente a las urnas. 

Si se pone la lupa en la elección de Rosario, vale decir que sufragaron 436.865 ciudadanos contra 815.011 que estaban habilitados. El 53,60% del padrón. ¿Cambiará ese porcentaje? Los ausentes representan un estanque muy importante del que pescar nuevas voluntades. ¿Cambiará el nivel de apatía? La oferta, más acotada y directa, ¿generará más entusiasmo para concurrir a las urnas? 

Ese es un primer punto a tener en cuenta. Otro: candidatos como Labayru o Monteverde deberán –para empezar– buscar sostener para sí los votos que cosecharon sus rivales en la interna. También, claro, buscar adhesiones de otros espacios. Eso último puede pretender también Aleart.

Competitivo y bien plantado después de la elección de abril, es de esperar que el periodista aspire a hacer pesar el “voto útil” y le robe votos a espacios afines –por ejemplo a Malaponte, representante de Somos Vida y Libertad–. También, porqué no, que busque arañar alguna adhesión de aquellos que fueron derrotados en la interna de Unidos. Por caso, los 12.441 que obtuvo Lisandro Baclini con su espacio Avanza Libertad. Baclini se presenta públicamente en sus redes sociales como un liberal que apoya fervientemente las ideas de Javier Milei y que critica la gestión de Javkin. Si sus votantes piensan parecido deberían estar más cómodos acompañando a Aleart que a Labayru. Son parte de las pequeñas variables que se abren y que pueden definir que una banca, y la victoria, caigan para un lado o para el otro. 

En el caso de Monteverde, buscará retener los 27.118 que se inclinaron por sus rivales en la interna de Más para Santa Fe. ¿Se quedarán con él o, heridos, buscarán apoyar a los otros dos candidatos que el peronismo ofrece el 29 de junio? Con la misma lógica del “voto útil” que podría acompañar ahora a Aleart, ¿habrá peronistas que se inclinaron en la primaria por Cavatorta o Sukerman y que ahora busquen robustecer la figura de Monteverde, el más competitivo de quienes representan al PJ? Se verá.

El líder de Ciudad Futura, que intentó cerrar un acuerdo –que por ahora aparece distante– con Marcelo Lewandowski para formar un interbloque en la Asamblea Constituyente, también buscará quedarse con los 11.221 que cosecharon los candidatos al Concejo de Activemos, el espacio del senador nacional que ni siquiera pasaron el corte de la primaria. Parece escasa esa cosecha, pero en una elección tan cerrada y con márgenes menguados, pueden tener una interesante valía.   

Quedar bien plantado el 29 de junio será clave para Monteverde, ya lanzado en su campaña como próximo candidato a la intendencia. Ganar terreno en el Concejo, quizás aspirar a la presidencia del mismo con un bloque sólido, podría ser parte de una estrategia que refuerce sus aspiraciones en 2027. Lo mismo para Aleart, aunque lo suyo en la política es reciente y quedan muchas materias pendientes por saldar. 

El oficialismo, en tanto, buscará que el resultado no le enturbie los dos años de gestión que le quedan por delante a Javkin. El tema inquieta, incluso, al gobernador Maximiliano Pullaro. Encontrar un candidato para dentro de dos años es una tarea que Unidos tiene por delante. Ciro Seisas quiere ser, pero la derrota como candidato departamental para la Constituyente lo dejó algo herido. María Eugenia Schmuck, aliada histórica del intendente, calla por ahora, pero cree tener el derecho para representar al oficialismo. El 30 de junio comenzará esa búsqueda. Un día antes quedará reconfigurado el nuevo mapa político de Rosario. La profundidad de ese cambio será el cimiento para la batalla más importante, la que en 2027 ubicará a una nueva/o jefe en el Palacio de los Leones.