Salieron de “terapia intensiva” y se rearman para reconquistar el nicho 

La fábrica de galletitas veganas Sanat termina el 2024 en plena remontada. Después de tocar el piso de producción a principios de año, ahora se prepara para reactivar proyectos en 2025: tienen planificado el lanzamiento de nuevas líneas de productos, para lo cual precisarán sumar equipamiento y herramientas a través de líneas crediticias y recomponer la estructura de personal (se habían achicado en virtud de la baja de la demanda). 

“Estamos saliendo de una especie de terapia intensiva, y aunque todavía estamos en un cuarto del pico de producción que tuvimos en la pandemia, entiendo que ya vimos el piso y de un tiempo a esta parte nos concentramos en consolidar el repunte”, explicó Iván Vega, titular del emprendimiento. Añadió: “Sumaremos personal y estamos al pendiente del acceso al crédito para poder incorporar maquinaria y herramientas que nos van a permitir  volver a escalar”.   

En rigor, las nuevas variedades ya fueron desarrolladas y se están produciendo en pequeños volúmenes: “Se trata de una línea de fajitas saborizadas y una línea dulce de galletitas integrales con azúcar mascabo. Lo cierto es que no le dimos difusión ni lanzamiento porque no teníamos estructura para fabricar en cantidad. En 2025 será el lanzamiento oficial”, señaló. 

Los nuevos desarrollos se sumarán a un portfolio de 14 productos veganos, sin ningún tipo de conservantes ni aditivos. “El fuerte de nuestra producción son tres productos que fabricamos desde los inicios de Sanat, en 2002: el alfajor elaborado con harina de algarroba, las galletitas de avena y coco rallado y las galletitas de algarroba con semillas de sésamo”, explicó. 

Experiencia en crisis

Con una extensa trayectoria en ventas, Vega arrancó en 2002 a probar fórmulas para elaborar galletitas en la cocina de su casa. Junto a su esposa, buscaban un ingreso adicional para paliar la que recuerda como “la peor crisis que le tocó vivir”.

En 2005 formalizó Sanat, en una época en que el segmento de mercado vegano aún no existía. “Nos propusimos hacerlas sin insumos de origen animal porque yo ya era vegetariano y ya había empezado a estudiar el vaishnavismo, una de las principales tradiciones dentro de la cultura espiritual védica, que incluye ciertas reglamentaciones alimentarias. Un tiempo después, hubo un crecimiento de la demanda de alimentos elaborados sin crueldad animal”, explicó el emprendedor. 

Hoy, el incentivo para poner en marcha la reactivación es la incorporación a la empresa de las hijas del fundador, Cecilia y Tulasi Vega. “Ellas están haciendo su camino profesional y decidieron continuar con la fabricación, lo cual es motivo suficiente para pensar en volver a crecer. De todas las crisis se sale, y de esta ya estamos saliendo”, opinó el titular de Sanat.