Reconvirtió esquina de Alberdi en pastelería gourmet y ya planea expansión

La poca oferta en su tipo en la zona terminó por darle forma al emprendimiento. Cardamomo Pastelería levantó persianas hace muy poquito en Alberdi, por Argelo 2702, e instaló una nueva propuesta en el barrio. De yapa, se viene con un plus: es que ya planean abrir en el espacio lindero una cafetería para engrosar el negocio. 

“Hacemos absolutamente todo nosotros, cuidamos mucho el producto y a la hora de crear uno nuevo pensamos en qué nos gusta”, comentó a Punto biz Marina Olmos, la hacedora de Cardamomo. La propuesta por el momento es take away, aunque el local cuenta con un par de banquetas para pasar a tomarte un rico café, sin más decoración que la comida expuesta. Marina dejó su carrera para estudiar pastelería profesional, y su novio Daniel Sabadini maneja los números y los abre a oportunidades de crecimiento. 

Con Cardamomo ya funcionando, el paso siguiente de la pareja es darle vida a Mecha. Se trata de una cafetería donde van a servir los productos de Cardamomo para seguir apostando por el barrio. La decisión de abrir Mecha viene de la mano de un nuevo socio, con sobrado ruedo en el rubro y quien formará parte de la ampliación del salón. A los productos propios, se le sumará una propuesta de vinos y delicias saladas para tener una mayor oferta. 

La elección de Alberdi se hizo tras una ardua investigación de mercado. La esquina de Argelo 2702 brilló entre otras opciones por sus alquileres bajo. Según confió Marina, Cardamomo llegó para dar movimiento, e incluso algunos de los chicos del barrio hacen trabajos temporales en local y ya hay clientes fijos que pasan por su café diario. 

Donde nace un romance, nace un negocio

Marina estudiaba Historia cuando empezó a hacer tortas en su casa y se dio cuenta de que tenía muy buena mano. Tras un tiempo de vender a conocidos y deliberar qué hacer, en 2019 decidió animarse y dejar sus estudios universitarios para dedicarse a la pastelería profesional. “Empecé en la casa de mi mamá. Mientras vendía las tortas, practicaba. Después de un tiempo me mudé con Daniel, mi pareja y socio, y ahí tomó forma de negocio”, recordó.

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Mientras Marina se encarga de lo artístico de la pastelería, Daniel con sus estudios en negocios le fue dando fuerza al nombre de la marca. Así, además de realizar pedidos individuales por encargo, Cardamomo se convirtió en el proveedor de más de una veintena de cafeterías de la ciudad. De repente, los rolls de canela de la marca estaban distribuidos por toda la ciudad, y sus laminados franceses los ayudaron a crecer y a poder tomar la decisión de montar su propio negocio.