Reconvirtieron una vieja fábrica en un restó de alta cocina

Hay segundas vueltas que son superadoras. Ese parece ser el caso de Negre, el restó que bajó persianas dos años atrás en Rosario y ahora vuelve, pero redoblando la apuesta: tendrá una cocina totalmente a la vista al mando de un experimentado chef creativo mendocino y una carta que privilegia la materia prima de primera calidad; además de una cava que incluirá vinos icónicos de las principales regiones argentinas y selecciones de vinos de añadas. 

Negre abrirá al público el próximo miércoles 25 de junio en el corazón Pichincha (Güemes  2587). En el espacio que ahora le dará vida al restó funcionó una antigua fábrica, y el galpón fue totalmente remodelado, conservando una estética industrial. 

“Lo que buscamos es darle a Rosario una alternativa de fine dining”, explicó Fernando Santarelli, uno de los socios del restaurante. El término técnico describe una experiencia gastronómica de alta gama, caracterizada por el uso de ingredientes seleccionados al detalle -generalmente frescos y de origen local-, una presentación elaborada y artística de los platos, servicio calificado y un ambiente en el que todo cuenta, desde la iluminación hasta la deco y la vajilla. 

Santarelli es el heredero de una leyenda de la gastronomía rosarina: el Comedor Balcarce, fundado por su abuelo hace más de seis décadas. Si bien Fernando sigue al frente del mítico bodegón, con el regreso de Negre retoma su apuesta más personal, un camino que comparte con su pareja y socia en este emprendimiento, la sommelier y experta en hospitalidad Melina Ocampo.  

Cocina rosarina, mendocina, y del mundo

Otra pieza clave en Negre es Diego Tapia, que antes de desembarcar en Rosario fue sous chef en el multipremiado restaurante mendocino Azafran (1 estrella Michelin). Además, es socio en Centauro, otro restó de la provincia de los vinos recomendado este año por la Guía Michelin.

“Traemos productos de Mendoza, como el azafrán, la algarroba y los hongos de Potrerillos, pero también reivindicamos la producción rosarina”, aseguró el chef, y agregó: “Ponemos en valor la pesca de río, pero trabajando directamente con los pescadores locales, porque para nosotros es importante garantizar la trazabilidad de nuestra materia prima. Por el mismo motivo ofrecemos carnes de pastura que trabajamos en alianza con un criador, y contamos con huerta propia en la terraza, lo cual nos permite ofrecer una gran variedad de alternativas veganas y sin tacc”.

    
Tapia “importó” de Mendoza un equipo de cocineros calificados, al que sumaron integrantes locales. Completa el team el craft bartender Pablo Pastinante, a cargo de la coctelería del lugar. 

“Somos el único restaurante de la ciudad que cuenta con dos dos sommelier y tenemos, en mi opinión, la mejor cava del interior del país. La idea es llegar a las 300 etiquetas”, señaló Santarelli.

A mediano plazo, la idea es convocar a diferentes chefs de renombre internacional, amigos de la casa, para que desplieguen su arte en la ciudad.

“Estamos trabajando en el regreso de Negre desde hace años, siempre con la idea de enriquecer la propuesta”, aseguró Ocampo. Concluyó: “Armamos este lugar de cero, 100% a pulmón, asesorados por muchos amigos y colegas que son destacados en lo suyo porque creemos que Rosario merece una oferta gastronómica de excelencia. A eso apuntamos”.