Para los comerciantes, la restricción vehicular sería la estocada final

A pesar de que la mejora en los índices de inseguridad movió el tablero (para bien) en cuanto a flujo de público, la movida comercial del centro rosarino sigue estando lejos de ser lo que fue en sus épocas de gloria. Por eso, ante la menor señal de desincentivo a las ventas, los comerciantes ponen el grito en el cielo. 

Eso fue lo que sucedió este lunes: los comerciantes agrupados en la Asociación Empresaria de Rosario lanzaron un comunicado pronunciándose en contra frente a la posible vuelta de la restricción a la circulación y/o estacionamiento de automóviles particulares en el área central de la ciudad. "Es fundamental para las ventas", sostuvieron con firmeza.

¿A qué viene este posicionamiento? La semana pasada, la concejal Anahí Schibelbein agitó el avispero cuando presentó en el Concejo una proyecto que demuestra la necesidad de "descongestionar" el tráfico en el centro rosarino. Y a pesar de que no existe ningún planteo concreto de parte de la Municipalidad, se volvió a poner sobre la mesa un debate latente: autos particulares sí o no en el centro.    

Argumentos y contrargumentos 

En su planteo, Schibelbein cuestionó la eficacia del Plan Integral de Movilidad (PIM) de Rosario, en base a los datos de una encuesta que realizó en el microcentro rosarino. Encuestó a 357 personas de diversos perfiles: taxistas, colectiveros, conductores particulares, ciclistas y peatones. La encuesta señaló a calle San Luis, Santa Fe y Rioja como las calles más congestionadas, que a su vez son las principales vías comerciales de la ciudad. 

Básicamente, lo que postula la concejala es que la movilidad se ve seriamente afectada por la congestión vehicular, agravada por las dimensiones reducidas de las calles, que promedian los 9 metros de ancho. Esta limitación física, señala, dificulta la coexistencia de distintos modos de transporte y restringe la implementación de medidas como carriles exclusivos y ciclovías. Además, destacó que el parque automotor de la ciudad ha crecido significativamente, superando los 640 mil vehículos. Este dato contradice los objetivos del PIM y evidencia la necesidad de replantear las políticas de movilidad.

“Si bien desde el sector promovemos aquellos proyectos de infraestructura urbana que generan mayores espacios de peatonalización a los centros comerciales abiertos, entendemos que la posibilidad de ingresar con autos particulares al centro y estacionar es una variable fundamental para sostener las ventas”, expresaron los referentes de la Asociación Empresaria de Rosario.

Desde el sector consideran que quitarle al comprador la posibilidad de circular y estacionar generaría un impacto negativo sobre el comercio, siendo esto aún más inoportuno si se considera que las ventas minoristas acumularon en el 2024 un descenso de 10% frente a 2023, con 10 meses en bajas interanuales y solo dos en alza, octubre y diciembre. 

Los comerciantes rosarinos aseguran que ya fue demostrado que la circulación de particulares es necesaria, de hecho, recuerdan que a principios del 2000 cuando la misma estaba prohibida se decidió la apertura y el impacto fue altamente positivo. 

Por último, teniendo en cuenta la afluencia al centro de trabajadores, clientes y visitantes, desde el sector consideran que para avanzar en ese tipo de medidas es necesario tener otras variables de movilidad resueltas: alternativas de transporte y estacionamiento, como por ejemplo mayor cantidad de playas de estacionamiento; y la seguridad para circular en cualquier momento del día con tranquilidad.