Operó a un primer ministro y es una eminencia médica

El doctor de cabecera de la familia y la biblioteca del barrio marcaron la carrera de Félix Umansky, el neurocirujano rosarino que es reconocido internacionalmente por haberse puesto al hombro la operación del ex primer ministro israelí, Ariel Sharon. En enero de 2006, cuando Sharon estaba en pleno ejercicio de sus funciones, llegó al Hospital Hadassa de Jerusalén con un derrame cerebral masivo. La noticia sacudió al país y al sistema político internacional, tal era el tenor de su liderazgo político. Umansky llevó a cabo una cirugía de altísima complejidad que en ese momento le salvó la vida. Luego hubo otras intervenciones pero, por la gravedad del caso, Sharon no volvió a recuperar el conocimiento.

En aquel tiempo, el neurocirujano estuvo en boca del planeta, y aunque su trayectoria ya era muy destacada de hecho, era Jefe en un hospital de mucho prestigio, que hoy cuenta con alrededor de 1.000 camas en sus sedes su apellido se volvió una referencia ineludible en la comunidad científica. “Esa cirugía fue una experiencia inolvidable. Rosario se hizo una ciudad muy famosa aquí en ese momento, toda la repercusión de Messi vino mucho después”, le contó Umansky a Punto biz, desde Jerusalén.

De su pago natal lo separan los 49 años que transcurrieron desde que partió para perfeccionarse en Israel, pero no se olvidó de los nombres de las calles ni de cómo estaban dispuestos los edificios cuando se fue. Volvió por última vez en 2019, cuando fue homenajeado por la Fundación de Ciencias Médicas con el galardón Rafael Pineda. Aunque su familia está ahora repartida entre Israel, Canadá y Estados Unidos, atesora grandes recuerdos con sus amigos “de siempre”, y habla en tiempo presente de los colores que lleva marcados a fuego: los de Rosario Central. “Soy miembro de la comunidad centralista, como lo fue el ‘Negro’ Fontanarrosa. A él también lo llegué a atender un tiempo antes de que falleciera, pero lamentablemente ya no se podía hacer nada”, recordó, afligido.

Umansky nació en 1943 y vivió “a exactamente diez cuadras de la casa del Che Guevara”. Iba seguido al café y a la biblioteca, donde se empezó a interesar por los libros de Medicina, primeros responsables de su interés por una carrera que hasta entonces le era ajena: cursaba el secundario en la Escuela Superior de Comercio y nadie de su entorno venía del palo. “Vengo de una familia humilde. Éramos tres hermanos y yo fui el primer profesional”, mencionó. Por eso, cuando a sus 14 años decidió que iba a ser médico, fue un gran incentivo que la universidad fuera pública.

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