Números en seguridad y reforma tributaria: Pullaro metió dos al hilo

El arte de gobernar, una tarea siempre tan cambiante y compleja, le ha dado esta semana a Maximiliano Pullaro más de un motivo para sonreír. En el campo de la seguridad, pero también en lo económico, en lo legislativo y hasta en lo político-partidario, el mandatario radical se apuntó en los últimos días un listado de noticias que bien le pueden generar alivio y hasta una dosis de satisfacción. 

Cualquiera sabe que la violencia urbana es, desde hace mucho tiempo, la principal inquietud que tienen los ciudadanos de las grandes urbes santafesinas, en especial los rosarinos. Pullaro tiene claro que una porción importante del éxito o el traspié de su gestión se juega detrás de ese tema. A tal punto, que muchas veces reedita sus tiempos como ministro de Seguridad para ordenar acciones o monitorear la efectividad de los operativos policiales. 

El fin de semana anterior, la gestión del gobernador sacó a jugar los números de los homicidios registrados en la UR I y en la UR II durante 2024. Hay un primer elemento que impacta: en el Gran Rosario, y hasta el 9 de junio, se registraron este año 52 crímenes. Para la misma fecha, el año pasado, eran 142. No es tiempo de sacar conclusiones apresuradas. El tiempo dirá si esa bestia sangrienta que opera generando terror desde hace más de una década, especialmente en la periferia de la ciudad, ha logrado ser domada. Nadie podría cantar victoria. Pero algo ha sucedido para que se presente esa realidad tan distinta. El control en la cárcel sobre los presos de alto perfil, el patrullaje más intensivo y eficaz en las calles, la labor de inteligencia criminal o el trabajo mancomunado con la Justicia de la provincia, pero también con la Federal, quizás explican parte de esta baja en los ataques mortales.

La exposición de esos números exhibe, quizás de forma solapada, la puja entre provincia y Nación por aprovecharse de esas estadísticas y colgarse determinadas medallas. En marzo, en su ministerio y sin la presencia de Pullaro, Patricia Bullrich hizo lo mismo. La realidad, pocos días más tarde y con la ola de asesinatos contra cuatro trabajadores desatada por las bandas, le dio una dura bofetada a la funcionaria. 

Pullaro entendió que no podría dejarse primerear otra vez. Por eso mandó a mostrar la baja de crímenes. Pocas horas más tarde desde el propio ministerio de Seguridad de la Nación confirmaban el desembarco de Bullrich para compartir acto con el gobernador y anunciar juntos un avance en materia de seguridad. No era cuestión de que la provincia se lleve todos los méritos.   

En el encuentro, el gobernador la definió como una “querida y entrañable” amiga. Puertas adentro expone algunas diferencias con ella. Para afuera, en cambio, pregona lo que él mismo le reclama a la política de hoy: dejar algunas diferencias de lado para trabajar juntos. Es lo que la ciudadanía exige también. Ya habrá tiempo de los armados políticos y de observar en qué vereda queda cada uno. 

El radical no descuida ese frente. Aun cuando la gestión le demande tiempo y energías. 

Esta semana Pullaro participó de un encuentro junto a 800 dirigentes y funcionarios de Unidos para Cambiar Santa Fe. El PRO, el socialismo y los radicales santafesinos empiezan a empujar la idea de que el mismo armado que se generó en el territorio, pueda ser replicado a nivel nacional. Algunos, incluso, pretenden sumar a la Libertad Avanza. Eso quedó expuesto en el encuentro desarrollado en un teatro de la capital provincial. Felipe Michlig, líder de la UCR, principal armador de la coalición y hombre clave para apuntalar a Pullaro en su camino a la Casa Gris, jugueteó en ese mitin con la idea de impulsar al gobernador a una candidatura a la presidencia. Demasiado lejano todo, pero hay quienes en Santa Fe se restriegan las manos con entusiasmo. 

En gobernación sumaron otro motivo para celebrar. La aprobación de la Ley Bases en el senado vino con lo que, entienden en la gestión, es una victoria para Santa Fe a partir de los cambios aplicados en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi).  
En la Casa Gris campeaba el temor y el enojo hasta el miércoles pasado. Pullaro sostenía que el Rigi, tal y como lo proponía el gobierno de Javier Milei, sería perjudicial para los industriales santafesinos. Las modificaciones en la Cámara alta tienen, ahora, el total apoyo del radical. A punto tal que pretende que nada de lo que el Senado aprobó se modifique en diputados. 

A Pullaro le preocupaba, y mucho, que no se delimiten los sectores que podían invertir. Abrirle el juego a cualquiera, evaluaban, era meter a la industria en una jaula con un león hambriento. No era lo único. También se temía que los proveedores locales fueran arrasados por los artículos importados. Las modificaciones generan, en ese punto, un dique de contención ante la obligación de abastecerse con artículos locales.  

Para coronar una semana de buenas noticias, la Legislatura santafesina dio un primer paso para una de las iniciativas que Pullaro impulsa con énfasis, la de la reforma del sistema previsional. 

Se transformó en ley la comisión que estará encargada de elaborar un trabajo que permita concluir cuál es la sustentabilidad del régimen previsional en Santa Fe. Unidos y hasta buena parte del peronismo dieron el sí para avanzar. En Diputados se introdujeron modificaciones al dictamen que llegó desde el Denado –que tenía el aval del Gobierno, pero era rechazado por el socialismo–, se aprobó la iniciativa, lo que más tarde también hicieron en la Cámara alta. ¿Cuál fue el cambio para que la mayoría acompañe? De la imposición de reformar la Caja se pasó a la necesidad de abordar un análisis del régimen previsional para ver su sustentabilidad. Además, se acordó la permanencia de la Caja. En la Casa Gris tienen la certeza de que el análisis llevará a una conclusión inevitable: la jubilación en Santa Fe ya no podrá sostenerse con el régimen actual. En 45 días se conocerá un informe y será el Gobierno, en alianza con propios y ajenos, el que deberá trabajar en el texto para una reforma. Pullaro, ahora, también va por eso.